Las nuevas pensadoras gaditanas
Actualizado: GuardarLa mujer siempre estuvo en la historia pero empezó a protagonizarla durante el siglo XX, mientras percibía menos salarios que los hombres o la dejaban tetrapléjica o muerta con ciertos tribunales esforzándose en comprender a los agresores. Ahora se trata, en los años venideros, de compartir la vanguardia de la vida política, social y económica, a pachas con la otra mitad del mundo.
Suele citarse como uno de los precedentes del feminismo, el periódico 'La Pensadora Gaditana', impreso entre 1763 y 1764. Sin embargo, la ambigüedad y el misterio que rodean a su supuesta autora, Beatriz Cienfuegos, han levantado ríos de tinta sobre su verdadera identidad, «una de las grandes incógnitas del periodismo andaluz», según Antonio Checa Godoy. Incluso hay quien, como Scott Dale en una impecable edición de esta obra, atribuye su autoría a un hombre, al clérigo andaluz Don Juan Francisco del Postigo, «un erudito con gran afán de presentar al mundo un compendio de innovadoras reflexiones, obtenidas tras las supuestas largas confidencias del genero femenino que accedían a él como confesor, amigo y confidente». Así, pretendía contestar desde la reacción las ideas progresistas que sobre la formación de la mujer promulgaba el periódico 'El Pensador Matritense', contrario al orden impuesto por el Antiguo Régimen.
Doscientos cincuenta años después de aquella controversia, el imaginario de la mujer en el umbral del siglo XXI, sigue estando inmerso en paradojas y polémicas, en gran medida anacrónicas. Esta semana, Cádiz va a ser escenario de una nueva reunión del Foro Europeo Beijing + 15, en torno a políticas de igualdad a escala europea.
A pesar de aquel feminismo latente ya en el siglo XVIII, la mujer fue sistemáticamente excluida de los postulados de la Revolución Francesa, del Bill of Rights estadounidense e incluso de la Constitución de Cádiz. Para ellas, no hubo libertad, ni igualdad ni fraternidad, hasta mucho después. Estas nuevas pensadoras gaditanas de hoy tienen muy clara su identidad y sus compromisos. Ya no se trata sólo de impulsar la presencia de la mujer en cargos de responsabilidad políticos o administrativos, sino también en la esfera privada; o buscan acabar con la injusta brecha salarial. Ese es el espíritu de la declaración de Cádiz que hoy discutirán veintitantas ministras europeas como un nuevo eslabón en aquella cadena por la paridad que inició la declaración de Atenas en 1992.
Dos siglos y medio después, será bueno que desde Cádiz se brinde una nueva replica a aquella Beatriz Cienfuegos que no lo era. No sólo hace falta asomarse a las hemerotecas del siglo XVIII para darnos cuenta de que, en cuanto al trato a la mujer, el Antiguo Régimen sigue estando vivo entre nosotros.