La ministra de Defensa, junto a la cúpula militar, despide en Herat los restos mortales del soldado Romero, fallecido en Afganistán. :: EFE
ESPAÑA

Soldados españoles e italianos mataron a los ocho talibanes autores del atentado

Los militares hayan en poder de los insurgentes material para fabricar explosivos similar al utilizado en el ataque mortal

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los expertos del Ministerio de Defensa no albergan dudas: los ocho talibanes muertos en la emboscada inmediatamente posterior al atentado en Afganistán que costó la vida al soldado español John Felipe Romero Meneses fueron los que colocaron la gran mina antitanque reventó el BMR en el que viajaban el fallecido y los seis militares heridos.

Agentes de Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y dos especialistas del Centro Internacional de Desminado (CID) de la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra de Hoyo de Manzanares se desplazaron ayer desde la base de Herat al lugar del atentado, en el paso de Sang Atesh, al norte de Qala-i-Naw y a unos 60 kilómetros de la ciudad de Badghis. Allí, en la 'ruta Lithium' que une Qala-i- Naw y Bala-Morghab, también conocida como 'carretera de la muerte', trabajaron durante todo el día para recabar sobre el terreno información sobre el tipo de explosivo y los insurgentes muertos.

Según informaron ayer responsables de Defensa, la refriega posterior al atentado, sobre las 13.00 horas en España, se saldó con ocho talibanes muertos. Tres terroristas apostados en el desfiladero, que abrieron fuego tras la explosión de la mina contra el contingente español, murieron por disparos de los propios compañeros de Romero del Regimiento de Cazadores de Montaña. Otros cinco cayeron bajo el fuego de dos helicópteros artillados Agusta A129 Mangusta italianos, a los que los españoles pidieron apoyo aéreo, ya que el tiroteo se prolongó durante bastante tiempo.

Armas y bombas

En poder de los insurgentes muertos, los militares internacionales se incautaron de «gran cantidad» de armas, explosivo y material para fabricar minas, en principio idéntico al usado para atacar la columna de once BMR del Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) español. El hecho de que los ocho fallecidos se encontraran en la zona y abrieran fuego contra el convoy inmediatamente después de la explosión a modo de emboscada confirma la hipótesis de que ellos mismos colocaron el artefacto, según señalaron fuentes militares.

Los dos expertos del CID en la zona todavía no han emitido su informe oficial sobre la bomba usada en el atentado, aunque responsables de Defensa avanzaron este martes que probablemente se trate de una «gran mina anticarro de serie modificada» para cebarla aún con más explosivo. La hipótesis de trabajo de los artificieros es que probablemente la bomba, escondida bajo tierra en una lateral del camino, se activó por presión y contenía más de 20 kilos de explosivos. Una potencia incluso superior -apuntaron- a la mina que el pasado 7 de octubre costó la vida al cabo Cristo Ancor Cabello y causó heridas a otros cinco militares españoles en las proximidades de Syah Washan.

Las conclusiones de esa investigación serán remitidas al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, de guardia esta semana, quien ha abierto un sumario por terrorismo por el asesinato del soldado hispano colombiano. Pedraz, como primera diligencia, autorizó la autopsia al cadáver de John Felipe Romero Meneses, una vez llegue a España.

Los expertos en explosivos informaron en su breve encuentro con la ministra Carme Chacón en la base de Apoyo Avanzado de Herat que probablemente el blindaje supletorio que se había dotado al anticuado BMR hace dos años salvó la vida a los seis supervivientes.

Aún así, la potencia de la mina usada por los talibanes ha creado gran inquietud entre los técnicos de seguridad de Defensa en Afganistán. Según fuentes militares, ni los 31 nuevos RG-31 sudafricanos desplegados en la zona, ni los 95 vehículos Ligeros Multirrol (LMV) Lince en misión en Afganistán habrían resistido sin daños personales ataques de tal magnitud. De hecho, el pasado octubre dos soldados norteamericanos que viajaban en un RG fallecieron víctimas de una de estas bombas y un ataque suicida en septiembre costó la vida a seis italianos en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul a pesar de que iban a bordo de vehículos Lince.

Ataque en 'casa'

El ataque mortal a la columna de blindado no ha sido el único atentado que han sufrido las tropas españoles en Afganistán en las últimas horas. Según informó Defensa, a las 22.30 horas del lunes tres cohetes fueron lanzados contra la base de Herat. El ataque, sólo horas antes de que el Hércules en el que viajaba Chacón y la cúpula de las Fuerzas Armadas aterrizara en Herat, no causó ni daños personales ni materiales.

Dos de los proyectiles impactaron al norte del acuartelamiento, mientras que el tercero fue a caer en las inmediaciones del aeropuerto, fuera de la pista de aterrizaje, a unos 15 kilómetros de la ciudad.

Los cohetes fueron lanzados desde el cercano distrito de Guzara, donde se desplegaron tropas internacionales a la búsqueda de los autores. El atentado fue reivindicado por el portavoz talibán Mohamed Yousif Ahmadi.