El Sevilla se acerca a la final
En un partido pasado por agua, los de Jiménez fueron más eficaces
SEVILLAActualizado:Dijo Audrey Hepburn en 'My fair lady' que "la lluvia en Sevilla era una maravilla". Pero se equivocaba. Como prueba, las semifinales entre sevillistas y getafenses de este miércoles. Un partido deslucido por la cantidad de agua caída. Sólo los tantos nervionenses dieron algo de luz a un encuentro, donde el Getafe pagó caro su falta de acierto.
Porque la injustita del fútbol se cebó en la primera mitad con los del sur de Madrid. Los madrileños fueron netamente superiores a un Sevilla que no sabía qué hacer ante el buen juego de los de Míchel. Durante 45 minutos el Sevilla tuvo sólo dos ocasiones muy claras, mientras que los 'azulones' las tenían en cascada.
Pero llegó el minutos 46 y apareció Luis Fabiano para poner las cosas en su sitio. Un magistral tanto con la cabeza del brasileño a pase de otro compatriota suyo, Adriano. El Sevilla bailaba samba antes de marcharse a los vestuarios. Los jugadores getafenses se iban cabizbajos.
Sobre todo el trío ofensivo de Pedro León, Soldado y Manu. Los tres se bastaron para producir incluso silbidos del Sánchez-Pizjuán contra los suyos. Prueba del mal hacer rojiblanco fue que a la media hora Manolo Jiménez tuvo que quitar a Negredo, con el enfado del vallecano. El Sevilla control entonces el centro del campo y propició un mejor juego.
Manu tuvo la más clara, cuando con Palop totalmente batido, no pudo marcar a puerta vacía. Perdonaron bastante los de Madrid y eso en el fútbol, y más contra un grande, se paga muy caro.
El empate no llega para los madrileños
Los getafenses salieron en la segunda mitad dispuestos a imponer su ritmo de juego. El Sevilla se echó atrás y eso lo aprovechaba Parejo para dar criterio ofensivo a sus compañeros. Jugaba a gusto el 'Geta', con seguridad, y creaba peligro en la meta de Palop. Pero seguía sin estar fino Soldado de cara a puerta.
A pesar de los intentos madrileños, el partido entró rápidamente en una espiral de pasividad por parte de ambos equipos.
Durante 35 minutos hubo un control absoluto de los sevillistas. El Getafe no parecía tener fuerzas para hacer mucho más daño. Y cuando todo encaminaba a una victoria mínima, llegó el segundo tanto de los andaluces. Mario en propia meta se marcó un pase de la muerte de Jesús Navas. El menudo extremo fue el mejor, una vez más, de los suyos.
El tanto minó todavía más la moral de los madrileños, que ya daban por bueno una derrota por la mínima. Pero se encontraron con la eficacia hispalense. Y una final que se antoja más factible para los de Nervión.