
«A este paso me muero antes de cobrar mi primera pensión»
Juan Francisco Medina Albañil. 61 años.
Actualizado: GuardarNo me quedan fuerzas, estoy muy quemado de la obra. A este paso me muero antes de cobrar mi primera pensión». Juan Francisco Medina no sólo sufre los achaques propios de sus 61 años, también lleva marcadas las 'cicatrices' que le ha dejado el andamio desde que se subió a él con sólo 16. Apenas 1.300 días le separaban de su ansiado adiós al tajo. A partir de ahí, descanso y pesca. El 7 de julio, San Fermín, de 2013 era la fecha para dar de mano definitivamente... hasta que el Gobierno anunció que ese mismo año quiere empezar a introducir cambios importantes en el sistema de jubilación, como retrasarla a los 67 años, aunque sin concretar plazos. «Esta medida es de risa. Que se jubilen con esa edad las personas que trabajan como oficinistas me parece bien, pero para los que estamos en la construcción es una locura; el cuerpo no aguanta. Son demasiadas horas a la intemperie, con humedad, calor... y realizando trabajos pesados. Mi cintura no puede más», se lamenta mientras sube y baja sin cesar las escaleras del edificio de viviendas que ayuda a rehabilitar en Málaga.
Pese a sus 'galones' como responsable de una de las obras de la empresa ABN, lo mismo se le ve encofrando que firmando los partes de recepción de los materiales. Un trabajo de sol a sol que comienza con el desagradable sonido del despertador a las seis y media de la mañana. A las ocho menos cuarto ya está a pie de obra y sin parar hasta las seis. «Los viernes por la tarde no estoy para nadie. Este oficio es muy duro para los mayores. Lo que tienen que hacer es jubilarnos y dejar así nuestros puestos de trabajo a los jóvenes». Y todo por poco más de 1.400 euros con los que mantiene cinco bocas. «No sé lo que me va a quedar después de estar 40 años cotizando. Aún no he hecho cuentas. Se supone que el PSOE es el Partido Socialista Obrero Español, aunque de obrero tiene poco. Sólo está destruyendo empleo y encima nos machaca a los trabajadores que llevamos tantos años cotizados». Su esperanza está puesta ahora en que el Ejecutivo matice su propuesta y no le obligue a llegar a los 67 años entre ladrillos... por el bien de su maltrecha cintura.