MUNDO

Londres sacrificó tropas en Irak

El retraso en la planificación obligó a iniciar la invasión sin equipos adecuados, lo que causó la muerte de soldados

LONDRES. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los altos mandos del Ejército británico han confirmado ante la comisión que investiga la guerra de Irak que las consideraciones políticas del Gobierno retrasaron la planificación de la invasión y que como consecuencia de la falta de equipos adecuados se perdieron vidas de soldados.

Ayer, sir Jock Stirrup, encargado en el Estado Mayor del equipamiento de las tropas, explicó que «simplemente no hubo tiempo suficiente» para preparar la invasión. Los responsables militares pidieron seis meses de plazo para estar en condiciones, pero sólo tuvieron cuatro. En diciembre, el jefe de Estado Mayor, lord Boyce, ya señaló ante la comisión que el entonces ministro de Defensa, Geoff Hoon, le prohibió hablar con los responsables de logística del Ejército por temor a que los preparativos fuesen filtrados a la prensa.

La justificación era doble. Por un lado, la diplomacia británica estaba entonces empeñada en la tarea de lograr que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobase la resolución 1441, que se presentó como un ultimátum a Sadam Hussein. Si se conocía que los planes de guerra avanzaban, la diplomacia podía fracasar. Y aún no se había preparado al Gobierno o a la opinión pública para ello.

El Estado Mayor pudo hacer un planeamiento general antes de noviembre, pero no pudo contactar con las empresas proveedoras de equipamiento hasta que se aprobó en la ONU la resolución. Quedaban cuatro meses. Stirrup dijo ayer que la precipitación en los preparativos causó desorden y que, aunque desde las tropas desplegadas se les decía que tenían equipo -por ejemplo, chalecos antibalas-, la realidad es que nadie sabía muy bien quién tenía qué.

Sin chalecos antibalas

Pocos días después de la invasión, un soldado británico pereció en circunstancias que causaron consternación porque su muerte pudo ser evitada si no hubiese tenido que prestar su chaleco antibalas a otro compañero tres días antes. Stirrup reivindicó el cálculo que los militares habían previsto al afirmar que, uno o dos meses después de iniciada la invasión, todos los equipos estaban distribuidos. Pero las prisas llevaron a que unidades que participaron en los combates iniciales para derrocar a Sadam estuvieran dispuestas sólo un día antes. El entonces jefe del Ejército de Tierra, Lord Walker, afirmó que los recortes en el presupuesto de Defensa, en 2004, llevaron a los altos mandos a considerar la posibilidad de dimitir.

Mientras, medios británicos publicaron ayer un documento del Gobierno de Londres que presentaron como una preparación secreta para cambiar el régimen de Sadam. El informe, de junio de 2001, mostraría que Tony Blair mintió al decir el pasado viernes que esa opción sólo se estudió a partir de los atentados del 11-S de 2001 y especialmente en 2003.

La lectura del documento publicado parece mostrar sin embargo que se trata de una propuesta británica a Estados Unidos, finalmente rechazada, para ofrecer a quienes se oponían al régimen de Sadam las líneas maestras de una política de cooperación con un Irak en el que el dictador hubiese sido derrocado.