Una kamikaze masacra a decenas de peregrinos chiíes

Al menos 41 personas perdieron la vida ayer y otras 106 resultaron heridas tras el ataque de una mujer suicida en Bagdad. La terrorista explosionó su carga en el control de acceso a una de las áreas de descanso en las que paran los millones de peregrinos de la secta chií que estos días pasan por la capital con dirección a Karbala, ciudad santa del sur de Irak en la que se encuentra el mausoleo del imán Husein. El viernes se cumple el aniversario de la muerte de este nieto de Mahoma, acaecida en el año 680, y los chiíes acuden a su tumba para celebrar el Arbain.

Prohibidas durante los años de Sadam Hussein, las peregrinaciones concentran desde la caída del dictador a millones de fieles venidos de todo el mundo, especialmente del vecino Irán, país de mayoría chií.

Matanzas repetidas

Los ataques de los grupos extremistas suníes se repiten festividad tras festividad y el último de hace un año -también en Bagdad y provocado por otra mujer suicida- asesinó a 32 personas. La falta de controles para mujeres y la gran afluencia de fieles dificultan enormemente la labor de seguridad, según los responsables.

Las fuerzas del orden son el objeto de las críticas de buena parte de los grupos políticos que estos días viven inmersos en la carrera electoral que culminará con las elecciones del próximo 7 de marzo. Las unidades de combate estadounidenses abandonarán el país en agosto y el debate sobre la seguridad interna se reabre cada vez que una bomba golpea la capital del país.

La semana pasada la insurgencia se ensañó con los hoteles de lujo en pleno centro de la capital y ayer contra población chií, lo que volvió a resucitar los fantasmas de la guerra sectaria que ha azotado al país en los últimos años.