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Los vecinos de Madre de Dios le declaran la guerra al Ayuntamiento
Residentes de Aníbal González se plantean concentrarse ante el Consistorio por el «abandono total» de la plazoleta
JEREZ. Actualizado: GuardarPor si no tuviera suficientes frentes abiertos, el Ayuntamiento se ha encontrado con otra comunidad de vecinos en pie de guerra ante lo que consideran un total «abandono» por parte del Consistorio. Se trata de los residentes de la decena de bloques ubicados en la plazoleta Aníbal González, en Madre de Dios, que supone uno de los puntos neurálgicos de la zona gracias a la proliferación de locales comerciales y hosteleros.
El presidente de uno de los edificios, Manuel Almedina, ha expresado la preocupación e indignación de los vecinos tras la reunión mantenida con el delegado de Infraestructura y Viviendas, Antonio Fernández, al que trasladaron sus problemas más acuciantes.
«A pesar de que la entrevista estaba solicitada con bastante antelación, el delegado desconocía nuestro caso, no sabía qué iba a poder hacer y nos planteó muchos problemas y dudas. Le dijimos que si no venía con la documentación estábamos perdiendo el tiempo, y entonces nos dijo que nos podíamos marchar, que la reunión se había acabado. Nos pareció un abuso de poder, una soberbia y una chulería con los ciudadanos».
El caso es que ése encuentro era esperado por ellos como agua de mayo, porque la plazoleta lleva arrastrando una serie de deficiencias desde hace varios años, y que se han agravado en los últimos tiempos debido a la falta de mantenimiento. Uno de los principales problemas es la inundación constante de los garajes cada vez que llueve, además del deterioro evidente de un recinto que utilizan numerosas personas y del que no pueden disfrutar los vecinos.
«La plaza está hecha un completo desastre, no es un sitio bonito donde nos podamos sentar, está muy deteriorada por todo el mundo y nosotros somos los que pagamos los impuestos, hasta ha habido veces en que hemos arreglado cosas los propios residentes».
Ante esta situación y la «humillación» a la que sienten que han sido sometidos, el millar de afectados está dispuesto a concentrarse ante el Ayuntamiento y hacer todo el ruido posible, para que sean escuchadas sus voces de una vez por todas.