UN PAÍS DEVASTADO

El Gobierno de Haití contabiliza más de 200.000 muertos tras el terremoto

Esta cifra no incluye los cadáveres que han quedado bajo los escombros ni las víctimas enterradas por sus propias familias

PUERTO PRÍNCIPE Actualizado: Guardar
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El primer ministro de Haití, Jean Max Bellerrive, ha anunciado que se han contabilizado ya más de 200.000 muertos tras el terremoto que asoló Puerto Príncipe. Esta cifra no incluye los cadáveres que han quedado bajo los escombros ni las víctimas enterradas por sus propias familias.

Bellerrive ha ofrecido estos datos durante una comparecencia en el Senado, donde ha planteado a la Cámara legislativa la necesidad de cambiar la estructura del Gobierno para poder afrontar la crisis derivada del seísmo. "El gobierno, tal como está constituido ahora, no puede aportar resultados frente a esta situación", ha apuntado el jefe del Ejecutivo, que ha ofrecido como alternativas formar un gabinete de crisis, con una redefinición de la misión de los ministros, o crear un Comité Nacional de Crisis al margen del Gobierno.

Convocado por los senadores para informar sobre la situación tras la catástrofe del 12 de enero, Bellerive ha planteado esta propuesta y ha pedido al Senado que la debata de forma inmediata, al considerar que se trata de un asunto esencial. En un balance global de la gestión del Gobierno, ha explicado que tras el terremoto fue necesario tomar medidas urgentes para conseguir el restablecimiento de las comunicaciones, la retirada de los cadáveres de las calles y la reordenación del tránsito en la devastada capital.

Falta coordinación

Bellerive ha citado también la urgencia en lograr de nuevo la disponibilidad de carburante y la gestión de la atención a los heridos en los hospitales, así como relanzar las actividades comerciales y organizar la coordinación de la ayuda internacional. Todo ello se consiguió con cierta normalidad, menos la coordinación de la ayuda, que se ha convertido en la "cuestión caliente" de esta crisis.

El primer ministro se referido a los problemas de infraestructura que hubo en el aeropuerto de la capital, lo que impidió en los primeros momentos la llegada de aviones, y ha admitido que en la distribución de la ayuda hay "una frustración de la población y también una frustración del Gobierno". Según sus palabras, el problema principal es que la ayuda pasa por las organizaciones no gubernamentales en vez de pasar por el Gobierno, cuando "muchas de las ONG no estaban listas para ello".

Además, ha explicado que hay otra complicación en la distribución de la ayuda porque los damnificados del terremoto se confunden con otras personas que ya vivían en una situación de precariedad y pobreza antes de la catástrofe, lo que dificulta el reparto y crea "tensiones". Ahora, apuntaba, la cuestión no es reconstruir lo que fue destruido, ya que la situación antes del 12 de enero no era buena. Tras el terremoto, el país ha quedado hundido porque el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) de Haití quedó destruido en 35 segundos.