Tres juveniles acaban en el hospital tras ser agredidos al término de un partido

El fútbol, que el pasado fin de semana ofreció a la afición detalles artísticos como el taconazo de Guti en Riazor o el exquisito toque de balón de Negredo en el Sánchez Pizjuán, arroja a veces violentas escenas que nada tienen que ver con el espíritu deportivo. El último ejemplo: el partido de juveniles entre el San José Obrero, de Cuenca y La Roda, de Albacete. Al acabar el encuentro con victoria de los locales por dos goles a uno, unas 40 personas invadieron el campo y agredieron a los jugadores visitantes, tres de los cuales tuvieron que ser trasladados al servicio de Urgencias del hospital Virgen de la Luz, de Cuenca, en el autobús del equipo.

La peor parte se la llevó Román Pérez, de 17 años, que tuvo que recibir ocho puntos en los genitales. «Con estas cosas se te quitan las ganas de ir a jugar fuera, pero seguiré haciéndolo», declaró ayer el joven futbolista, aficionado del Betis, que reconoció que el partido había sido «caliente». Sus compañeros José Carlos y Roberto fueron atendidos por fuertes golpes en el costado y la cabeza.

Tras estos hechos, el equipo albaceteño presentó una denuncia ante la Guardia Civil mientras que el club conquense amenazó con denunciar a los responsables de La Roda por presuntas injurias.

Las versiones del San José Obrero y de La Roda difieren en cuanto al origen de la trifulca. Mientras el presidente del club local, Víctor Huerta, aseguró ayer que fue el entrenador de La Roda el que calentó el ambiente «con modales indignos para alguien que entrena a chavales jóvenes». Los visitantes relataron que en la agresión incluso participaron futbolistas del San José Obrero y su entrenador.

Sin presencia policial

El colegiado del partido reflejó en el acta arbitral la invasión del campo por parte de unas 40 personas al iniciarse una pelea entre jugadores de ambos clubes.

«Varios futbolistas de La Roda se dirigieron a mí con la intención de agredirme, acción que no consiguieron gracias a la intervención de su entrenador y delegado», redactó el árbitro en este acta, según el cual algunos jugadores albaceteños se dirigieron a la grada para «provocar la animosidad del público, que saltó al campo para unirse a la tangana». Todo ocurrió sin presencia policial.