La fiesta más vibrante
Una discoteca de Valencia regaló el pasado viernes 400 consoladores a sus primeras clientas. Otro local ya trató de sortear un aumento de pechos hace un par de años
Actualizado:Pasaron a la historia los 2x1, las entradas gratis para las chicas o los descuentos con consumición. El último grito en materia de promoción de discotecas es la llamada a la libido de los más jóvenes. El gancho del sexo pega fuerte en la noche valenciana. Pistas de baile calientes, el erotismo flotando entre temas de house, trance o chill-out. En Mislata, un municipio de 43.000 habitantes pegado a Valencia, 400 consoladores esperaban en cajas a sus nuevas dueñas. Vibradores que aguardaban en el silencio de 'Cuomo', una discoteca que la noche del viernes se llenó de pícaras sonrisas y de miradas de deseo. La Policía Local preparó un dispositivo especial de tráfico ante lo que se auguró como una avalancha de clientas: jóvenes que, con el único requisito de tener más de 20 años, se llevaron a casa un consolador con el pago de la entrada.
La iniciativa no ha gustado a muchos. La Asociación de Amas de casa Tyrius no ha tardado en denunciar la «utilización del sexo como gancho para llenar los locales de ocio nocturno». «Quizás no es la forma más adecuada porque no se da información y puede frivolizar el sexo», precisa la sexóloga Carmen Lorente. Desde la Agrupación de Empresarios de Salas de Fiestas defienden la «libertad de empresa» y precisan que el evento impide la entrada a menores «y no vulnera ningún derecho constitucional de las personas». El propio alcalde de Mislata subraya que no supone «ninguna ilegalidad».
En la discoteca no se cortaron. 'Fever Cuomo. Vas a vibrar'. Sin tapujos. El lema del cartel de la fiesta no dejó lugar a las ambigüedades. «Con tu entrada, premio de 'consolación'», añadían por si quedaba alguna duda. El local prefirió prevenir por si la temperatura en la pista sube demasiado. Y para que no se quejaran los clientes masculinos, entre los chicos se repartieron «protecciones de todos los colores, tamaños, formas y sabores». Preservativos, vaya.
Blue Rain Sex ( en su página web ofertan hasta «patitos vibradores y pececitos masajeadores») es la empresa proveedora de los enseres del placer en cuestión. Son tres los modelos de vibrador que se repartieron entre las más rápidas el viernes por la noche. Dos de ellos muy convencionales: uno de tipo 'bala', el cilindro de toda la vida, y otro gelatinoso y más flexible. Pero ojo al tercero de los oscilantes ingenios. Consoladores-muñeco, con forma de los tradicionales 'clips', vestidos de cocinero, bombero, vaquero y 'azafato'. «Les quitas el sombrero o el pelo y en la cabeza tienen el 'tema' en cuestión», especifica Juan Carlos García, responsable de ventas de Blue Rain.
En 'Cuomo' no fue la del viernes su primera experiencia en la materia. Justo después de verano, los juguetes eróticos ya pasaron de mano en mano entre las clientas de la discoteca. «En aquella ocasión regalábamos tres tamaños de consoladores y muchas chicas salían de la sala a comprar otra entrada para que les diéramos la talla grande», recuerda socarrón Rafael Fernández, del departamento creativo del local.
Chicas a subasta
Quizás sea por el calor mediterráneo o la conocida marcha de la noche valenciana, pero lo cierto es que ya hay un antecedente del sexo y el culto al cuerpo como reclamos utilizados por una discoteca de la ciudad. Aunque en esa ocasión, a Pachá le salió el tiro por la culata. Bajo el lema 'Pretty woman', el local nocturno anunció en 2008 el sorteo de una operación de aumento de pechos entre las asistentas, una iniciativa importada desde Argentina, donde hace furor entre las adolescentes. «La mitad de los que critican han pasado por un centro de estética», se justificó el director de Pachá Valencia ante la cruda polémica que desató la campaña. El Ministerio de Sanidad y el Ayuntamiento anunciaron raudos sendos expedientes. Y la discoteca dio marcha atrás.
Algunas discotecas rebasan la línea de lo ético y lo legal. Incluso en horarios 'light', destinados a menores de edad. Granada 10 fue la última prueba el año pasado. «¡Si estás soltera, subástate. Si eres soltero, puja!», fue su lema, calificado de denigrante por la Fiscalía. Las adolescentes bailaron y desfilaron mientras ellos hacían su oferta empuñando billetes del Monopoly. El asunto se ha cerrado hace unos días con el pago de una multa de 2.100 euros. Seguro que menos que la caja que hizo el local, pero al menos recuerda que no todo vale para ganar clientes.