Viviendo en un país de príncipes y hadas
Actualizado:Dice el ministro de Industria respecto a la polémica surgida por las diferencias entre ciertos ayuntamientos y sus comunidades autónomas a la hora de la ubicación de los cementerios nucleares, pues dice que es muy difícil justificar que lo que quieren los ciudadanos de un pueblo, se lo niegue la comunidad autónoma.
Dichas declaraciones evidencian las deficiencias de nuestro mapa autonómico, la falta de independencia de sus ejecutivos y lo que es más importante aún, el sesgo democrático del señor ministro que no da ningún valor a la opiniones de los ciudadanos de las comunidades afectadas.
Y eso que esa opinión está representada legítimamente por sus presidentes de Comunidades.
¿Cómo le llamamos a esta falta de respeto democrático?
Ojalá hubiésemos construido un Estado Federal y nos hubiésemos ahorrado estos debates estériles.
Pero para ello tendríamos que haber votado nuestra Constitución en libertad, pero claro, justo en el año 1978, cuando se votó, pues no teníamos libertad, y aún hoy en día dudamos que la tengamos, sobre todo en demasiadas ocasiones, porque no es libertad todo lo que parece y menos en un país de príncipes y hadas como el nuestro en el que vivimos.