Víctimas por partida doble
Actualizado: GuardarLa detención de diez ciudadanos estadounidenses cuando intentaban sacar ilegalmente de Haití a una treintena de niños pone de manifiesto que entre las medidas de emergencia que necesita aún el país para sobrevivir hay que incluir, sin duda alguna, la protección de sus menores. Ese amparo debe comprender no sólo a los huérfanos sumidos en un desvalimiento total, que los convierte en fáciles rehenes tanto para las siniestras redes de tráfico de personas, prostitución o venta de órganos, como para quienes, desde una equivocada buena intención, se arrogan de manera irregular el derecho a intentar procurarles un futuro mejor. La ayuda de urgencia ha de ampliarse, asimismo, a los recién nacidos en un contexto de absoluta precariedad y a las mujeres que ya antes del terremoto soportaban la tasa de mortalidad materna más alta de toda Latinoamérica. Supondría un dramático sarcasmo que los planes coordinados para rescatar a Haití de un seísmo de sepultura se fijen como objetivo la reconstrucción en una década si, en paralelo, no se asegura la supervivencia junto a los suyos de las generaciones llamadas a sostener el levantamiento del país.