Desaparecido en la maltrecha hierba
El delantero vasco marró una pena máxima y apenas inquietó a Renan, en una tarde desafortunada también para Mario Bermejo Aduriz, máximo goleador del Mallorca, tuvo la victoria de su equipo en sus pies
JEREZ. Actualizado: GuardarAyer definitivamente no fue el mejor día para un delantero centro. Xerez y Mallorca asumían un encuentro decisivo tanto para unos como para otros. Los locales, con la imperiosa necesidad de sumar tres puntos que alejen los fantasmas del descenso. Los visitantes, con ganas de desquitarse de la eliminación copera a costa del colista de la categoría. Frente a frente estaban Mario Bermejo y Aritz Aduriz. El delantero vasco, que suele mojar cada vez que se acerca a territorio jerezano, quería seguir aumentando su lista de goles, aunque la marca dura de Leandro Gioda -todo un portento en el juego aéreo- dejó casi inédito al ex jugador del Real Valladolid.
Por su parte, Bermejo parecía encontrarse más a gusto sobre el maltrecho césped de Chapín. El tapete del coliseo jerezano se está convirtiendo en una dura prueba para los jugadores, y más aún para un ariete. Es por ello que Aduriz tardara ocho minutos en tocar su primer balón y tan sólo rematara en tres ocasiones. Poco bagaje para el máximo goleador de un equipo que llegaba a Chapín en puestos de 'Champions'.
De hecho, sólo inquietó a Renan con un testarazo suave que acabó en manos del brasileño. Una primera parte para olvidar que sólo arregló Webó con su gol. No era el día del vasco, aunque tampoco Bermejo pasaba por su mejor momento.
Sin embargo, llegó la hora de Aritz. El ariete, que ya marcó al Xerez en el Ono Estadi, provocó un penalti que fue incapaz de materializar. Le pudo la presión y acabó cabizbajo en el descanso.
Llegó la segunda parte y el momento de Mario. Aduriz desapareció del mapa, tocó tres veces el balón y dejó su sitio a un centrocampista defensivo. Poco más que decir.
En cuanto al cántabro, Bermejo hizo un despliegue físico impresionante que lamentablemente no se vio recompensado con el gol. La tuvo clarísima, aunque se precipitó en el salto y su cabezazo acabó rozando el palo. Un error dentro de una gran actuación.