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Carlos Calvo celebró con rabia su segundo gol, que le daba la victoria al Xerez en la tarde de ayer. :: JUAN CARLOS CORCHADO
LA CRÓNICA

Carlos da una alegría al xerecismo

Renan paró un penalti con 0-1 en el marcador que sirvió de punto de inflexión para los azulinos El media punta madrileño marcó dos goles que sirvieron para remontar el tanto inicial del Mallorca

SALVA GALVÁN sgalvan@lavozdigital.es
JEREZ.Actualizado:

El fútbol de las estrellas también tiene un lado ingrato, lleno de pitos, abucheos y silbidos que logran mermar la moral de los débiles, de los blandos de coco. Pero el bueno de Carlos Calvo es un tío de cabeza dura, persistente, terco, que no para de intentarlo una y otra vez. Quizás por ello ha soportado muchas jornadas negras, cargadas de gritos y críticas por no haber logrado el pase deseado.

La tarde parecía depararle otro amargo final. No soltaba la bola, la grada se desesperaba; le sobraba un recorte, la grada murmuraba; se cebaba en una esquina, la grada silbaba. Pero ayer el destino tenía guardada una recompensa a su cabezonería. Carlos no se escondió, se dio otra oportunidad y justo cuando la pitada estaba a punto de llegar a un alto nivel de decibelios tuvo premio. Sin lugar a dudas, fue el hombre del partido. Y el futbolista que consiguió el gol del ascenso esta vez logró sacar al Xerez de las catacumbas de Primera División, le dio un empujón para que retomara la pelea y quién sabe si, gracias al impulso del hombre-gol del ascenso, el Xerez toma velocidad para lograr el sueño de la permanencia.

Por lo pronto, se ha ganado un puesto fijo en el once titular de Néstor Gorosito, que ayer mantuvo las formas, pero no el fondo, ya que el once titular que salió de inicio a Chapín, efectivamente, era el mismo que perdió la semana pasada. Incluso el sistema se repetía con el 4-1-4-1, pero la diferencia radicaba en la tan comentada distancia con «el arco rival», pues los atacantes azulinos volvían a estar lejos de la portería del contrincante. A diferencia del encuentro contra el Osasuna, está vez Gorosito optó por dosificar la gasolina de los suyos, no exigir máxima intensidad desde el túnel de vestuarios y bajar el nivel de presión en la zona ancha. Pero el resultado tampoco terminó de ser satisfactorio. Sí es cierto que justo cuando el Xerez encajó el primer gol, presumía de una posesión abrumadora (65% a favor de los azulinos), pero el casillero de llegadas al arco rival estaba prácticamente intacto. Mientras el Mallorca había probado a Renan hasta en tres ocasiones -siempre con disparos lejanos que no pusieron en dificultades al brasileño-, el Xerez sólo había sumado un lanzamiento entre los tres palos de la puerta que defendía Aouate. La jugada fue muy parecida a la de gol contra el Osuna, otra vez con un centro de Momo al corazón del área, pero ni el pase fue tan preciso, ni Mario llegó tan cómodo, ni el balón acabó en el fondo de la portería.

Sólo dos minutos más tarde el cuero sí tocaría las mallas de la puerta azulina gracias a un potente cabezazo en plancha de Webó. Redondo se limitó a aguantar y a mirar como Castro le ganaba metros por el carril derecho, antes de meterla con rosca a la frontal del área chica. Allí saltó en plancha Webó para fusilar de cabeza al portero xerecista. El momento de gloria de Renan aún estaba por llegar.

Corrales, en línea de gol

Bergantiños también rozó el cielo con un punterazo desde el pico del área chica, pero Corrales evitó el empate clavando el pie justo en la línea de gol e impidiendo que el lanzamiento del gallego cruzara la línea. Ésa fue la reacción de los azulinos, pero no el punto de inflexión, que llegaría a diez minutos del final de la primera parte. Undiano Mallenco señaló penalti cuando vio como Aythami se montaba encima de Aritz Aduriz para tratar de despejar un saque de esquina. El delantero vasco se apoderó del esférico y le pegó a la derecha de Renan, pero el brasileño ya se había lazando hacia ese lado antes de que Aritz efectuara el lanzamiento y pudo detener el gol que hubiera supuesto la muerte segura de los xerecista. Al mismo tiempo que el brasileño subía a los altares de Chapín, el Deportivo y la grada azulina se volvían a meter en el partido. Gorosito también puso de su parte y realizó un doble cambio durante el descanso. Antoñito y Víctor Sánchez saltaron al campo y el técnico argentino permutó a un 4-4-2 con Víctor y Keita en la medular; Momo y Calvo, por las bandas y Antoñito y Mario, en punta. Las variaciones permitieron al Xerez apoderarse del balón y del centro del campo, y los frutos no tardaron en llegar. Carlitos recogió un rechace a casi veinticinco metros y tiró una especie de 'folha seca' que subió para luego bajar a la cepa del palo y entrar muy lejos del alcance de Ouate.

Sólo cinco minutos más tarde, Mario Bermejo pudo lograr su gol a centro de Momo, pero el cántabro saltó demasiado pronto y no pudo acertar entre los tres palos.

La ocasión se fue al limbo, pero los azulinos ya tenían el partido donde querían. Keita robaba, Víctor Sánchez por primera vez aportaba algo decente al equipo y Antoñito trataba de poner la magia. Los goles, quedaban para Carlos Calvo, que recogió una buena apertura de Antonio para recortar en seco en el lateral del área y dejar sentado Felipe. Cuando el madrileño pisó área ya sólo veía el fondo de la portería, que fue a donde mandó el esférico haciendo saltar por los aires a Chapín. Muchos meses después el Municipal jerezano disfrutaba de una merecida alegría. Ahora, sólo el paso de las jornadas confirmará -primero- si habrá reacción y -segundo- si no llega demasiado tarde.

Xerez: Renan, Casado, Aythami, Leandro Gioda, Redondo, Keita, Carlos Calvo, Bergantiños (Víctor Sánchez, 45'), Momo (Abel, 73'), Fabián Orellana (Antoñito, 45') y Mario Bermejo.

Mallorca: Aouate, Rubén, Corrales, Nunes, Mattioni, Castro, Martí, Álvarez, Bruno China (Tomás, 80'), Aduriz (Pezzolano, 65') y Webó (K. Otchico, 72').

Goles: 0-1, m. 23: Webó; 1-1, m. 51: Carlos Calvo; 2-1, m. 80': Carlos Calvo.

Árbitro: Undiano Mallenco. Mostró cartulina amarilla a los xerecistas Aythami, Redondo y a los jugadores del Mallorca Bruno China y Corrales.

Incidencias: 14.764 espectadores en las gradas de Chapín, entre los que se encontraban unos treinta aficionados del cuadro bermellón.