Si quiere un Rolls, vuelva este año

Los españoles que en 2009 acariciaron la idea de obsequiarse con un Rolls, un Aston Martin, un Maserati u otra fruslería sobre cuatro ruedas similar y lo aparcaron por la crisis tendrán este año otra oportunidad. No esperen regalos y preparen la chequera igual; es sólo que los expertos confían en que lo peor de la recesión haya pasado y las ventas de vehículos de lujo recobren pulso en 2010 después de un último ejercicio desastroso. Para el segmento de la alta gama 2009 fue 'annus horribilis'. Al final, estos vehículos, berlinas, todoterrenos o deportivos, objeto de deseo para tanta gente, símbolo de estatus y de éxito, no resultaron inmunes a la crisis. El marasmo económico y financiero les cortó las alas y sus ventas en España cayeron exactamente a la mitad, según los últimos datos difundidos por ANFAC, la patronal de fabricantes de automóviles, y el Instituto de Estudios de Automoción (IEA).

El castigo ha sido tal que «será difícil volver a caer a esos niveles». Las ventas y matriculaciones retrocedieron «a cifras de hace 6 ó 7 años», precisa Blas Vives, secretario general de FACONAUTO, patronal de los concesionarios. El año pasado se vendieron en España 6 Rolls Royce, frente a los 10 de 2008; Maseratis, 41, lejos de los 107 del ejercicio anterior; los Lamborghini pasaron de 13 a 8; se matricularon un 54,4% menos de Cadillacs y un 39% menos de Jaguars; los Buicks se redujeron a la mitad, de 4 unidades vendidas a 2; Porsche pasó de despachar 1.496 vehículos a 998, y así suma y sigue con la mayoría de las marcas de lujo. Los Ferrari aguantaron el tipo, con un descenso del 1,18%, y se portó bien el Infiniti, el más lujoso de Nissan -el mismo que estrelló Ricardo Costa recién salido del concesionario-, del que se matricularon 258, más del triple, porque es un vehículo que salió al mercado español a finales de 2008.

Poco ecológicos

A los profanos puede sorprenderles el descalabro de los modelos más selectos -las ventas generales de coches cayeron de media un 18%-, pero los expertos sabían que 2009 venía con curvas. La subida de los impuestos a los coches de gran cilindrada y mayores niveles de emisión de CO2 en vigor desde enero de 2008 les da de lleno. A la vez, quedan fuera de las ayudas del Plan 2000E que ha evitado una debacle total de ventas en segmentos más modestos y menos contaminantes. Salvo circunstancias concretas -monovolúmenes para familias numerosas, etc-, ningún vehículo que emita más de 149 gramos de CO2 por kilómetro recorrido recibe ayudas o exenciones públicas. Un Porsche Cayenne contamina 358 gramos de CO2 por kilómetro; un Lamborghini pasa de los 400. El sector del lujo no hace buenas migas con el Protocolo de Kioto. Tampoco ayuda la sequía crediticia impuesta por los bancos, así que ahora mismo la mayoría de estas máquinas sólo casan con fortunas de muchos ceros, esas sí inasequibles a 'cracks' bursátiles y recesiones.

Se consideran de lujo autos con unas dimensiones -salvo deportivos- de 4,75 a 5 metros, en las berlinas, y más de 200 caballos de potencia media. El coste de los 'normalitos' oscila entre 45.000 y los 150.000 euros. Los de gran lujo no se despeinan por menos de 200 ó 300.000 euros -un Ferrari o un Aston Martin de gama baja-, aunque el precio varía tanto como los modelos, prestaciones y acabados. Y aún hay una categoría superior. Prototipos y modelos estratosféricos, capaces de volar a entre 350 y 400 kilómetros/hora y construidos sobre pedido. Nombres como Rolls Royce Phantom, Maybach Exelero, Russo Baltique, McLaren F1, Buggatti Veyron... a partir del millón de euros pueden ser suyos.