MÁS VALE TARDE
Actualizado: GuardarEl acuerdo que firmaron el pasado miércoles la alcaldesa de Cádiz y la consejera de Economía de la Junta es de una enorme importancia para la ciudad. Mucho más de lo que en principio podría parecer. Sobre todo porque va a permitir que todo esté un poco más ordenadito, en una ciudad donde no queda más remedio que convivir con el caos urbanístico merced a los despropósitos cometidos durante años. El acuerdo ha tardado en llegar mucho más de lo deseable, pero en este caso es perfectamente aplicable aquello de más vale tarde que nunca. Y más cuando por una vez dos administraciones de distinto signo han logrado ponerse de acuerdo sin aparentes debates estériles ni polémicas partidistas. Al principio sí los hubo -alguna palabra más alta que otra hemos oído- pero al final ambos sabían que había que alcanzar un consenso.
Consenso que se traduce, entre otras cosas, en que por fin esta ciudad va a poder contar con un museo del carnaval. Más vale no analizar cómo es posible que en 3.000 años los gaditanos no hayamos sido capaces de levantar uno antes, tanto como nos pavoneamos de esta fiesta, pero insisto en que habrá que aplicar el más vale tarde.
Siendo lo del museo lo más importante del acuerdo, hay otros puntos del mismo que van a servir para dibujar un nuevo 'mapa' de la ciudad en diversas zonas. La Residencia de Tiempo Libre podrá por fin ser demolida -en cuanto el PGOU sea aprobado-, lo que permitirá contar con uno de los solares más privilegiados de la ciudad para uso hotelero y para oficinas. Se desbloquea también la Escuela de Náutica, que lleva ya demasiado tiempo abandonada.
Otra de las grandes noticias, sobre todo para los que tenemos hijos en edad escolar, es la reorganización de las dependencias de la delegación de Educación, absolutamente dispersas entre la Plaza Mina y la calle Buenos Aires, donde para recoger un papel hay que dar mil vueltas de un edificio a otro.
Cádiz va a seguir siendo un caos, pero en breve lo será un poquito menos. Ahora ya sólo queda que se apruebe el PGOU de una santa vez. Que luego hay que ejecutarlo y a este paso lo van a disfrutar los nietos de nuestros nietos.