Mubarak garantiza la perpetuidad de su familia en la presidencia de Egipto
Una legislación hecha a medida del último 'faraón del Nilo', con casi 30 años en el poder, asegura que sólo pueda ser relevado por su hijo
Actualizado: GuardarPuede que Hosni Mubarak no alcance a gobernar los 66 años durante los que Ramsés II llevó las riendas de Egipto. En 2011, para cuando se esperan nuevas elecciones presidenciales, cumplirá 30 años en el poder. Pero todo apunta a que el último faraón del Nilo sí que perpetuará una de las tradiciones más ancestrales del Egipto antiguo: la de la sucesión dinástica, con su hijo Gamal cómodamente apostado en la parrilla de salida.
Dos de los compatriotas con más prestigio internacional, Amro Musa, secretario general de la Liga Árabe, y Mohamed el-Baradei, que durante casi doce años dirigió la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), han sonado como posibles candidatos a suceder a Mubarak. Pero, a día de hoy, ambos tendrían las mismas posibilidades, ya no de ganar sino de tan siquiera presentarse, que un vendedor de baratijas del Jan al-Jalili cairota.
La Constitución egipcia, modificada a capricho por el gobernante Partido Nacional Democrático (PND), convierte en una misión imposible concurrir a las presidenciales como independiente o, en realidad, de cualquier forma que no cuente con el respaldo del PND. El artículo 76 obliga a un candidato a pertenecer a un partido y a contar con el apoyo 250 representantes del Parlamento, el Senado y los consejos locales, controlados por la formación de Mubarak. Si él decidiera no presentarse, el ambicioso Gamal Mubarak, actual presidente del comité político del PND, sería el más que probable aspirante.
Cuando se introdujeron los cambios, en 2005 y 2007, tras ser avalados por un referéndum nada limpio -como cualquier tipo de elecciones en la democracia nominal egipcia- el movimiento se interpretó como un intento de cerrar el paso a los islamistas Hermanos Musulmanes, la oposición mayoritaria en el Parlamento. La modificación de la Carta Magna prohibía también las formaciones de corte religioso, así que el grupo encabezado por Mohamed Badia, que tomó el relevo de Mohamed Mahdi Akef, sólo podía concurrir a las elecciones como independientes.
Encarcelado
Este año, probablemente en noviembre, Egipto celebrará elecciones parlamentarias. Y en 2011, tendrán lugar las presidenciales, las segundas en la historia egipcia con más de un candidato. En 2005, Ayman Nur, líder del partido Al-Ghad, y único hombre que intentó hacer frente al todopoderoso Mubarak -si por hacer frente se puede considerar sumar el 7% de los votos-, acabó en prisión por un delito de falsedad documental. A nadie escapó que su encarcelación tenía realmente motivos políticos, y no salió hasta febrero del año pasado.
Es probable que los rivales potenciales de Mubarak -que en 2011 contará con 83 años- o de su sucesor en las próximas elecciones no puedan si quiera inscribirse como candidatos. Uno de ellos, Amro Musa, ha arrojado la toalla antes de empezar. «No me uniré a un partido sólo porque esto me permita ser candidato. Va en contra de mis principios, ya que lo considero una forma de oportunismo político», manifestó el secretario general de la Liga Árabe en una entrevista reciente en la prensa egipcia.