Abajo los tacones

La mujer que camina sobre la pasarela no es una veterana modelo. Es mucho más. Es una de las dueñas de la moda. Se llama Donna Karan, vive en Nueva York y tiene los pies en el suelo. Predica con el ejemplo y se apunta a una de las tendencias que toma fuerza para la próxima primavera: los zapatos sin tacón. En un ejercicio de sensatez, cree que ha llegado el momento de recortar los ímpetus a gente como Manolo Blahnik, Jimmy Choo y Christian Louboutin y los centímetros a uno de los complementos por el que muchas mujeres están dispuesta a matar... y, lo más peligroso, matarse a poco que pierdan el equilibrio.

Karan piensa que ha llegado el momento de romper con la tiranía de los taconazos imposibles y seguir los pasos de Carolina de Mónaco y las infantas Elena y Cristina, amantes de los Gommini de Tod's, y Carla Bruni, enamorada de las bailarinas de Dior y Roger Vivier, aunque en el caso de ésta por pura necesidad, para no empequeñecer aún más a su poderoso marido. Como sostiene André Leon Taller, editor de Vogue USA, los diseñadores empeñados en los tacones infinitos deberían «someterse a un chequeo de realidad». Todas las firmas, desde Christopher Kane a Calvin Klein pasando por Lanvin, Michael Kors o Armani, se vuelven terrenales y desprenden un punto masculina con sus modelos planos y con cordones, demostrando que se puede calzar de forma cómoda y luciendo de lo más 'cool'. Quizá por eso ya se han apuntado al club de 'las planas' las mujeres más imitadas: Jessica Alba, la editora Carine Roitfeld, las hermanas Sienna y Marisa Miller, Mischa Barton, Kate Bosworth...