EL RETRASO
Actualizado: GuardarNo es que todo el mundo lo sepa, pero nadie ignora que retrasar la edad de jubilación se debe a dos causas: la primera es la maldita crisis, y la segunda el retraso mental de nuestros gobernantes. Hay quien añade un tercer motivo: la avaricia de quienes manejan el dinero.
Eso de añadirle un par de años a la edad laboral de los españoles tiene la ventaja de que únicamente afectará a los que tienen trabajo. A los cuatro millones de parados les trae aproximadamente sin cuaidado que mucha gente acuda a la oficina con bastón, a sabiendas de que su utilización se restringe a proporcionarle un tercer punto de apoyo y está terminantemente prohibido medirle las costillas al jefe de personal.
Hay que salvar las pensiones, que corren grave peligro para los que ahora, como no tienen nada que hacer, hacen 'el botellón'. Jubilosas tribus urbanas que aprovechan que son jóvenes para pasarlo muy mal bebiendo detestables cócteles en la vía pública. «Cada edad tiene su afán», pero a ellos les ha tocado un tiempo en el que por mucho que se afanen en buscar un empleo no lo encuentran por la triste razón de que no está en ninguna parte. El déficit público supera en 20.000 millones la previsión del Ejecutivo, que no era muy atinada, y el Consejo de Ministros no sólo aprueba el plan de austeridad, sino que le da sobresaliente cum laude.
Es curioso que hasta anteayer se estuviese recompensando las jubilaciones anticipadas y ahora, bruscamente, se alargue la estancia en el trabajo. Teníamos los jubilados más jóvenes del mundo. Pues bien, pronto podremos alardear de disponer de los trabajadores más veteranos. Un respeto para ellos. Les han ordenado presentarse como voluntarios para salvar la Seguridad Social. Son los socorristas de las pensiones del futuro, pero no saben si llegarán a tiempo para las suyas.