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TATIANA

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E s un poco marmota repetirlo, pero Mercedes Milá ha vuelto a ganar 'Gran Hermano' (aunque el perrofláutico Ángel se haya llevado el cheque). Dicho esto, otra ha sido la figura más destacada de la undécima edición del concurso: Tatiana, la rusa de Roquetas de Mar (Arturo es secundario tanto de Tati como de Indhira). Si Tatiana hubiera aprendido español en el convento de las clarisas de Lerma, sería más fina y más pija pero menos graciosa. Al acento de Almería pillado al vuelo a los 12 años añade un vocabulario barriobajero con más 'coños' que el libro de Juan Manuel de Prada. La chica tiene el desparpajo que gusta en televisión. Con un tono tierno y alegre que no gasta Belén Esteban. Eso además de ser muy guapa. Como escribió Evelyn Waugh, las buenas maneras son especialmente necesarias en el caso de las personas corrientes; los guapos pueden permitirse el lujo de no tenerlas. No es ordinaria, es extraordinaria. Pero eso se corrige.

Un día, Mercedes Milá le dejó su sitio para que siguiera entrevistando a Gerardo. Un momentazo. Tanto que al día siguiente, la perspicaz Bibiana Fernández, en 'El programa de Ana Rosa', y teniendo en la mente 'Eva al desnudo', le advirtió: «Mercedes, las sillas no están como para dejarlas. No tientes al demonio, que nunca se sabe lo que puede pasar». De momento no parece que el taburete de Mercedes peligre ni que Tatiana sea Eva Harrington, pero la rubia ha dejado su impronta. El día de la final de 'GH', lo mejor fue un vídeo con Milá soltando lindezas por su boca antes de empezar el directo.

Lo más jaleado del popurrí fue un 'Me los paso por la rajeta' descontextualizado del todo. Porque ella puede decir mucho 'puta calle ' pero rajeta. Evidentemente, la expresión es 'copyright' de Tatiana. Un plus al simple coño. La boca de la niña tiene tantos fans que un grupo de Facebook se llama como la frase completa de la rusa ('Me lo paso por la rajeta de to mi coño'). Es verdad que Mercedes Milá, como Mark Twain, nunca permite que su formación interfiera con su educación, pero hay palabras y palabras.