Los reclusos sólo siguen «a medias» la huelga

La huelga de hambre ordenada por ETA a sus presos como última fase de su campaña contra la dispersión tiene un seguimiento muy desigual entre los internos de la organización terrorista. Según fuentes penitenciarias, la mayoría de los presos sólo está siguiendo «a medias» el ayuno. Aunque numerosos internos se niegan a bajar a los comedores -sobre todo en las cárceles del sur de la península, donde se concentran los terroristas más irredentos y donde ETA todavía impone su disciplina- buena parte de ellos ingiere alimentos del economato en sus celdas durante toda la jornada. De hecho, tras cinco días de huelga de hambre, ninguno de los 586 internos de la banda ha tenido que ser atendido por problemas médicos relacionados con la desnutrición. En los centros de Zuera, Villabona, País Vasco y provincias limítrofes, donde se concentra a los presos díscolos, el seguimiento del ayuno ha sido mínimo.

Los problemas de ETA en el frente carcelario no terminan ahí. Seis nuevas deserciones ahondan aún más en la división del frente de 'makos'. Los presos de la cárcel de Nanclares de Oca Josu García Corporales, Fernando de Luis Astarloa, Luis Lizarralde, Andoni Altza, José Manuel Fernández de Nanclares y José Antonio Hernández Velasco han anunciado en una carta que se desvinculan de ETA «por voluntad propia», según informó ayer 'El País'. Entre todos suman condenas que superan los 400 años.