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El peor año de la historia del empleo
Las medidas anticrisis del Gobierno carecieron de efecto para atajar el número de desocupados, que se cifra en 4.326.500 2009 concluye con 1.118.000 parados más y la destrucción de 1.210.000 puestos de trabajo
MADRID. Actualizado: GuardarEl año 2009 pasará a la historia como uno de los peores para el mercado laboral, pese a que en el tercer trimestre dio un respiro con 14.100 desempleados menos. El ejercicio terminó con 1.118.600 parados más, alguno menos que en 2008, y 1.210.800 empleos destruidos, el doble de los desaparecidos doce meses antes y el mayor descenso de la historia del indicador, que comenzó a elaborase en 1976. Nunca antes había habido tantos desocupados: el total se elevó a 4.326.500 personas. Poco se notaron las medidas anticrisis aplicadas por el Gobierno. Y el principal problema es que 2010 no tiene apariencia de ser mejor.
El ritmo al que se deteriora el mercado laboral deja obsoletas las previsiones oficiales. Es muy difícil que el ejercicio termine con la tasa de paro pronosticada del 19% (media anual), cuando ha empezado con un 18,83%, porcentaje casi cinco puntos superior al del ejercicio anterior y el más alto desde el primer trimestre de 1998. La evidencia es tal que el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, tuvo que admitir que la tasa puede llegar en 2010 al 20%, aunque remarcó que será «una situación puntual».
Los datos figuran en la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al cuarto trimestre de 2009, único documento válido para las comparaciones europeas, que no recoge ni un solo resultado que permita cierto respiro. Todo empeora. El martes se conocerá la evolución del paro en los Servicios Públicos de Empleo durante enero, información de carácter orientativo que igualmente será muy negativa. El propio ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, da por seguro que el aumento de ciudadanos apuntados en busca de un contrato superará las 100.000 personas.
La EPA también refleja que la peor parte del desempleo se la llevaron los hombres. Su paro subió en 703.700 personas y sus puestos de trabajo bajaron en 900.000. Todo ello pese a que la mano de obra masculina disponible cayó en casi 200.000 varones. El deterioro del mercado femenino fue menor y el desánimo no cundió entre el colectivo. Hubo 104.000 mujeres más que se incorporaron a la población activa. La desocupación subió en 415.000 trabajadoras y las colocaciones destruidas se quedaron en 310.800.
Caen los inmigrantes
Y, dentro de los hombres, los más perjudicados fueron los españoles, con edades entre los 25 y 54 años y un contrato temporal. El pasado ejercicio dejó 821.900 parados autóctonos y 296.800 desempleados inmigrantes más. La tasa de desocupación entre la población española se quedó en el 16,80%, mientras que se disparó entre los extranjeros, de manera que casi 30 personas de cada cien con edad y ganas de trabajar no lo consiguieron. La situación provocó que la población activa venida de fuera descendiera en 42.500 personas, cansadas de buscar infructuosamente una colocación.
En función de la clase de actividad desarrollada, alrededor de 394.400 autónomos tuvieron que cerrar su negocio y 815.500 asalariados perdieron su trabajo. Entre estos últimos, la mayor desaparición, de 668.000 empleos, se produjo en los contratos temporales. La caída de los indefinidos se limitó a 147.500. Los porcentajes demuestran que todavía en 2009 los ajustes en las empresas se llevaron a cabo vía contratos temporales. Las disminuciones fueron de un 14,67% en las colocaciones con fecha de caducidad y del 1,25% entre las estables.
Todos los sectores se vieron afectados por el deterioro del mercado. En el capítulo de generación de parados, el primer puesto porcentual fue para la agricultura, con una subida del 29,38% y 43.800 desocupados nuevos, pero dadas las características del tejido productivo español, los servicios, con un aumento del 23,28%, provocaron más desempleo. Dejaron en la calle a 267.100 personas. El comportamiento de la construcción fue el más moderado, con un incremento relativo del 5,08% y de 29.700 personas. El sector industrial, lejos de tomar el relevo como motor de la economía del país, también tuvo su revés. El paro aumento en esta actividad un 13,66%, con 39.300 trabajadores fuera de las empresas.
El grupo con menos esperanza de futuro es el de los parados de larga duración que perdieron su empleo hace más de un año. En 2009, el colectivo se incrementó un 87,21%, con 688.100 desocupados más. Menos impacto tuvo la crisis entre quienes buscaban su primer puesto de trabajo, pese a que el crecimiento de su paro fue del 20,28%, lo que se tradujo 50.600 personas.