El madrileño se hizo con el maletín de los 350.000 euros. :: TELECINCO
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'Gran Hermano' se despide a lo grande

Logra un 'share' del 30% y la productora promete una próxima edición en una casa «futurista»

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Después de 144 días, la casa de 'Gran Hermano 11' cerró en la madrugada de ayer sus puertas para abrir otras: las de la próxima edición, una casa «futurista» que albergará a los concursantes de la duodécima entrega, ya anunciada pero todavía sin fecha. La final del 'reality' más popular y comentado de la tele confirmó lo que vaticinaban las encuestas de Internet, el triunfo de Ángel. El madrileño, profesor de pilates de 32 años y el 'hippy' de esta edición, barrió a las gallegas Pilarita y Saray -madre e hija- y acaparó casi el 80% de los votos. Fue el flamante ganador del maletín más lleno de la historia del concurso: 350.000 euros. La plata fue para la ferrolana Saray, de 27 años, que no sumó ni una quinta parte de los votos -se embolsó 70.000 euros- y el bronce para Pilarita, de 51, con un pobre 2% de apoyos pero muy bien recompensados: 30.000 euros.

El del miércoles fue un show espectacular. Y largo, casi cuatro horas que los espectadores aguantaron estoicos para convertir al concurso de Telecinco en el líder de la jornada y apuntalarle como uno de los productos más rentables de la cadena. Esta edición, «la más vista de las últimas cinco», ha mantenido un más que aceptable 'share' del 24%, que en la final se disparó hasta el 30% y se tradujo en 4,5 millones de espectadores. El programa tiene hasta página en Facebook con 134.000 fans. Ayer, para aprovechar el tirón, Mercedes Milá, que el miércoles repitió la ya tradicional escena del beso y plantó un morreo al argentino Gonzalo, citó de nuevo a los concursantes, a los que espera aún el paseíllo de los platós y las revistas.

Con esta undécima edición, 'Gran Hermano' bate el record de longevidad en Europa. Aunque ha perdido fuelle desde su estreno en 2000 -aquella final rompió los audímetros con un 70% de 'share'- ha sabido mantenerse como uno de los productos estrella de la cadena, que lo coloca en el mejor 'prime time' y lo rentabiliza con otros programas que se hacen eco de los rifirrafes que protagonizan los inquilinos de Guadalix de la Sierra, un paraje frío -el miércoles el termómetro marcaba menos tres grados- a los que unos participantes cada vez más polémicos suben la temperatura. Y vaya si la han subido este año...

Especialmente Arturo, el guipuzcoano apodado 'el delfín'. Su romance con Indhira, sus intentos con Carol y su 'despedida' de fin de año con Tatiana han proporcionado los picos más altos de audiencia. También las expulsiones de la malagueña y de Gonzalo, las broncas monumentales y el cuestionado romance entre Saray y Gerardo, que el miércoles quiso convencer a la audiencia al entregar a su novia una pulsera con un 'te quiero', una promesa de que lo suyo continúa. Como los planes de Zeppelin y Telecinco, que ya preparan la edición número doce. «La del futuro», dicen.