Sociedad

Venirse arriba

La disfunción eréctil aumenta en España al tiempo que avanzan los medicamentos. A las pastillas de Viagra, Cialis o Levitra, se suma el Vizarsín y pronto les hará la competencia un fármaco que reduce el tiempo de espera para mantener relaciones sexuales

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Hablar de disfunción eréctil hace tiempo que dejó de considerarse tema tabú en las conversaciones entre hombres. Entre otras razones, porque más de dos millones de españoles la padecen de forma crónica y el 42% la sufre con frecuencia a partir de los 40 años. El Viagra, la famosa pastilla azul, contribuyó a finales de los años noventa a arrinconar ese concepto de masculinidad que elogiaba la 'puesta a punto' del miembro viril, se avergonzaba del vulgar 'gatillazo', del no poder 'cumplir' con la pareja o de la eyaculación precoz.

El Viagra, medicamento que tanto escándalo y reparos causó a finales del siglo XX, ya no asusta pese a seguir provocando sonrisas maliciosas. Y no sólo eso, sino que ha facilitado la investigación de nuevas terapias por vía oral para distintos tipos de pacientes. Tras las pastillas de Viagra (Pfizer), llegaron las de Cialis (Eli Lilly) y Levitra (Bayer). Ahora un laboratorio estadounidense trabaja en un nuevo fármaco que puede desbancar a los anteriores. Por si fuera poco, en España se ha empezado a comercializar Vizarsín (Kern Pharma) que, con el mismo principio activo del Viagra, el sildenafilo, ofrece la posibilidad de adquirir una única pastilla y abarata el precio de todos sus envases (un comprimido oscila entre 9,91 y 14,5 euros, según su gramaje). Y están las inyecciones y los tratamientos quirúrgicos como prótesis o implantes peneanos, recursos éstos que la mayoría de los especialistas desaconsejan debido a que la operación es irreversible.

Las soluciones proliferan mientras crece el número de personas que sufren este tipo de trastorno sexual, que lleva aparejado insatisfacción en las relaciones íntimas y ansiedad e inseguridad en quien lo padece. También son más cada día, aunque apenas superan aún el 10%, los varones que acaban por lanzarse a la consulta de un especialista o médico de atención primaria para acabar con su problema. Problema que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como una enfermedad perteneciente al mismo grupo de la artritis reumatoide y con el mismo grado de severidad y discapacidad que una fractura de radio, la infertilidad o la angina de pecho.

La disfunción eréctil, antes llamada impotencia, se produce cuando el riego sanguíneo no llega a los vasos del órgano masculino, lo que impide su erección. Las estadísticas revelan que el 42% de varones entre los 40 y los 70 años padecen esta enfermedad, porcentaje que se reduce al 17% entre los 18 y los 40 años y se dispara hasta el 72% a partir de los 70, según el último informe sobre esta patología elaborado por los médicos murcianos Luis García-Giralda y Lorenzo Guirao (fallecido recientemente), divulgado el pasado mes de octubre. Elaborado con los testimonios de 3.600 hombres, -entre 18 y 95 años- de 720 centros de Atención Primaria de toda España, el estudio confirma que la disfunción eréctil es el trastorno sexual más frecuente en el país. Curiosamente, gallegos, castellano-leoneses y navarros encabezan la lista de disfunciones, mientras que aragoneses, castellano-manchegos y valencianos son menos proclives a padecerlas.

A la luz de estas cifras, urólogos y médicos de medicina general constatan que los afectados son cada vez más conscientes de que la disfunción eréctil perjudica su calidad de vida y la de su pareja, además de que puede ser provocada por enfermedades como la diabetes, hipertensión arterial, colesterol, extirpación de próstata o incluso interacción de medicamentos. Otras causas no menos significativas son las psicológicas, el alcohol y las drogas.

Los milagros no existen

La presidenta del Instituto de Sexología Al Andalus, Asunción Coronado, asegura que el 50% de los hombres sufren disfunción eréctil alguna vez a lo largo de su vida sexual. Las razones son muy diversas. «Ese elemento de masculinidad, de seguridad en sí mismos, del deber cumplir les suele jugar malas pasadas, sobre todo cuando se encuentran agotados, han tomado unas copas de más o tienen la necesidad de quedar bien con su chica. Ese fracaso genera angustia y esta angustia puede volver a suceder y a minar las expectativas, lo que en algunos casos puede provocar una disfunción crónica». Es entonces cuando acuden a los urólogos a por pastillas.

Pero no hay pastillas mágicas porque, ante todo, «debe existir el deseo y los estímulos adecuados», agrega Coronado. La pastillita ayuda, pero requiere de un contexto propicio. Como botón de muestra, la anécdota que narra el farmacéutico vallisoletano Joaquín Alonso cuando despachó una caja de Viagra a un jubilado. El señor volvió al día siguiente para contarle que esas pastillas eran una «porquería» porque no habían surtido ningún efecto. A la pregunta del farmacéutico sobre si él deseaba realmente hacer el amor con su mujer, le contestó que no tenía ningún apetito sexual y sólo quería cumplir con su señora, a la que, por cierto, no le dedicó ningún piropo agradable, sino todo lo contrario. De ahí que Alonso coincida con Coronado en que cualquier medicamento que se tome para provocar la erección del pene no tendrá resultados sin deseo sexual previo.

La gran esperanza

Resuelta la premisa del deseo, los medicamentos ayudan. Viagra, la madre de todas las pastillas que posteriormente han salido al mercado para subsanar este trastorno sexual, sigue a la cabeza en la lista de ventas. A ella se unen las marcas Cialis y Levitra con los principios activos del tadafilo y vardenafilo, respectivamente. Y, desde hace un mes, se comercializa el Vizarsín, con el mismo principio del Viagra, pero con la ventaja de que es más barata y se puede comprar sólo una pastilla, en lugar de las cuatro que, como mínimo, contienen los envases de las anteriores. «Mucha gente la compra por probar. ¿Para qué ha de adquirir cuatro si le basta con una? Es más cómodo y barato. Además, hemos rebajado los precios en torno al 30%, independientemente de las grageas que contenga cada envase», comenta Fernando Abia, delegado comercial de los laboratorios Kern Pharma, que distribuyen el Vizarsín en España.

Pero los usuarios de estos productos han puesto ya sus esperanzas en un nuevo medicamento, aún sin nombre, que podría estar en el mercado en 2012. Tras los ensayos clínicos efectuados en Estados Unidos, la futura píldora, con el avanafilo como principio activo, ha de ser aprobada por la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA), autorización que la biofarmacéutica Vivus está convencida de que se producirá en breve. El director de la compañía, Leland Wilson, ya ha expresado públicamente el éxito de su futura pastilla. Razones prácticas lo alientan: una vez ingerida, la espera para poder realizar el acto sexual sólo será de 15 minutos, frente a los entre 30 y 60 que requieren las de la competencia. Su eficacia es «sorprendente», afirma Wilson, tras haberla ensayado con 600 pacientes. Además, reduce los efectos secundarios del Viagra, que genera dolores de cabeza, musculares y mareos, aunque aún se desconocen los que producirá el avanafilo, que los tendrá como todo fármaco, y sus contraindicaciones. Cada persona reacciona de manera diferente a un tratamiento. Viagra está contraindicado, por ejemplo, a pacientes con hipertensión arterial. Al octogenario I. V. (en la entrevista de abajo) le producía mareos y bajada de tensión y optó por Levitra. El problema reside en que esta opción obliga a su pene a permanece erecto durante casi 24 horas, efecto que Asunción Coronado no acaba de entender. «Es posible que tuviera que cambiar de medicamento porque eso no es habitual», explica. Ninguna de las píldoras está recomendada para pacientes que toman nitratos o nitritos, medicamentos prescritos para enfermos del corazón.

Fraudes

La Red está plagada de productos falsos creados en laboratorios clandestinos que se comercializan con las mismas marcas y a precios muy inferiores de los legalizados. Las autoridades sanitarias han alertado de forma reiterada a ciudadanos e internautas para evitar que caigan en esas trampas, pero Internet siempre llega más lejos que las precauciones. También la Guardia Civil ha dado en ocasiones la voz de alarma por esas prácticas piratas que atentan contra la salud pública ya que muchas de esas gangas no cumplen los controles sanitarios exigidos por la UE.

La organización de consumidores Facua advirtió el pasado año que 27 páginas web venden medicamentos de forma ilegal. Entre los más solicitados, el Viagra y el Tamiflú (antiviral contra la gripe A). La compra de fármacos contra la impotencia requiere la presentación de receta médica.