Más golpes da la vida
Actualizado: Guardar¡¡¡En el rincón... el doble campeón del mundo de los grandes pesos... Mike Tyson!!! ¡En el otro, con esmoquin y zapatillas de charol...! ¡¡¡Piero Chiambretti !!! ¡¡¡Una fiera!!! 72 kilos. Presentador de la televisión italiana...
Seguro que recuerdan a Tyson de otro modo: el calzón negro, los guantes y las zapatillas azabaches, siempre a juego, vestido como un boxeador de estampa antigua y pegada letal, el nuevo Joe Louis, aquel bombardero que vino de Detroit. En los 80 fue Tyson el más joven púgil en conquistar el cetro de los 'killers' con una serie asombrosa de KO. Habrán leído también su historia de ídolo caído, de ceceante chico de reformatorio rescatado para la vida por el pugilato, de multimillonario derrochador, de violador convicto de una aspirante a Miss América Negra, Desirée Washington, en una suite de hotel en Indianápolis, de presidiario y drogadicto...
Dicen que ganó 300 millones de dólares y que era un maniaco que giraba en el tiovivo cruel de la depresión. Ahora se gana la vida vendiendo su recuerdo en programas de variedades que ridiculizan el ámbito sagrado de las doce cuerdas. Muestra Tyson su cuerpo, antes fibrado y demoledor, embutido en un traje de raya diplomática, pero la vista se nos va hacia sus tatuajes de arponero de Nantucket (¡qué gran Queequeg se perdió para el cine!), hacia la gran nariz aplastada y hacia ese aire desvalido, de bruto grandullón al que le cuelgan siempre las piernas en los butacones de los mayores.