Un policía local trataba de controlar la situación y evitar el atasco antes de la llegada de la Guardia Civil. :: A. ROMERO
Sierra

Acceso difícil a sus negocios

Una marcha lenta de vehículos derivó en un caos circulatorio con más de 5 kilómetros de retenciones Unos 40 empresarios cortan la A-384 para pedir la retirada de una señal

BORNOS. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«No pueden ponernos tan complicada la entrada a nuestro negocio porque juegan con lo que nos da de comer». Así mostraba ayer un empresario el malestar que existe en el Polígono Cantarranas, por la prohibición de entrar al mismo si se viene desde Villamartín dirigiéndose a Bornos. La situación derivó en una improvisada protesta que comenzó pasadas las 11.30 horas con una marcha lenta de vehículos y terminó con el corte total de la carretera casi una hora después.

De este modo, unos cuarenta empresarios quisieron mostrar su malestar por la colación de una señal de giro prohibido a la izquierda. La mismas impide que los clientes o camiones que quieren acceder a las más de 60 naves industriales que hay en la zona «tengan que dar un rodeo importante o cometer una infracción», defendió uno de los manifestantes. Esto se complica cuando el único acceso alternativo a la zona, que une el parque industrial con el núcleo urbano, se corta para establecer el mercadillo de los lunes o celebraciones como la Feria. «Cualquier camión que venga, si esta calle está cerrada, tiene que ir hasta Arcos -a unos diez kilómetros- para poder dar la vuelta», defendía Juan Fernández, uno de los afectados.

La concentración se inició de manera pacífica pero cuando una veintena de coches, furgonetas y camiones tomaron la A-384, a la altura de Bornos, y comenzaron a circular lentamente se provocó un colapso importante en la zona, originándose colas de hasta más de cinco kilómetros. Eso provocó que las primeras patrullas de la Guardia Civil, de las seis que finalmente se presentaron en el lugar, tardaran poco en llegar para tratar de controlar la situación.

En concreto, los agentes se dedicaron a tomar los datos de los vehículos que obstaculizaban la circulación y a informar a los manifestantes de que no podían cortar el tráfico a la ligera porque «pueden provocar un accidente o trastornar a las personas que circulan por aquí», destacaba uno de los guardias. Además, tomaron nota de la situación por la que se quejaban los empresarios para pasar el informe a la Dirección General de Tráfico.

Una vez que la Guardia Civil evitó que los vehículos siguieran circulando a baja velocidad, una veintena de los manifestantes se lanzaron, a pie, a la calzada y cortaron totalmente la circulación rodada, algo que apenas duró unos diez minutos. Pasado este tiempo, los manifestantes se retiraron y aceptaron solicitar la retirada de esta señal por otros medios.

Peligro

Los empresarios aseguran ser conscientes de la peligrosidad que tiene el cruce de acceso, ante lo que exigen una actuación inmediata. No obstante, consideran que «se debería de llevar a cabo el arreglo que los técnicos estimen adecuado para la zona, pero no prohibir la entrada si se llega desde Villamartín», consideró Fernández.

Según ha podido saber LA VOZ, la señalización se colocó hace un mes para evitar que los vehículos pudieran pararse en medio de la calzada y provocar algún tipo de atasco o incluso un accidente, dada la proximidad de una curva que hay en la zona. No obstante, dicha señal de tráfico se ha tenido que reponer desde entonces, en varias ocasiones, porque alguien se ha dedicado a caerla.