La mayor pegada clasifica al Atlético para semifinales

El Atlético se aferró a su pegada y a una mayor seriedad defensiva para vencer al Celta y clasificarse para las semifinales coperas. Forlán marcó el tanto que mantiene viva la ilusión de la parroquia rojiblanca, prolonga el crédito de Quique Sánchez Flores y salva el proyecto de este año. Los gallegos no pudieron cobrarse a su tercera víctima de Primera, tras Tenerife y Villarreal, a pesar de realizar un juego atractivo, dinámico y digno de alabar.

El Celta demostró una vez más que tiene más fútbol que el Atlético, pero también menos pegada. Los primeros minutos fueron de control local absoluto. Las embestidas de Trashorras y Abalo por las bandas y la movilidad de Aspas hicieron recordar al choque del Calderón. Los rojiblancos no eran capaces de salir de su campo ante la presión de un Segunda División. Quique se olvidó de experimentos y dispuso de su mejor once, con Tiago como titular en detrimento de Jurado.

Un Balaídos repleto vio a su equipo combinar con soltura y aproximarse al área de De Gea con gran facilidad. Pero a diferencia del choque de ida, las líneas del Atleti permanecían juntas, con Simao y Reyes más pendientes de defender que de atacar. Esta concentración defensiva obligó a una mayor precisión en los pases al rival que no siempre sucedían. Aun así, los 'colchoneros' tardaron 13 minutos en construir una contra. Fue una anécdota. El partido era un monopolio vigués.

Error clave de Noguerol

El Atlético daba una sensación de seguridad defensiva mayor a la habitual. La veteranía de Ujfalusi y de Antonio López en los laterales tuvo mucho que ver. En el centro, Assunçao estuvo menos expuesto gracias a la compañía de Tiago. El portugués ofrece visión de juego, aunque abusa en ocasiones de la conducción del esférico.

Pero todo ello no era suficiente para doblegar a un conjunto que a duras penas se mantiene fuera del descenso a Segunda B. De hecho, fue un clamoroso error de Noguerol el que permitió a Forlán robar el balón, plantarse sólo ante Yoel y marcar. Tras el gol, el partido se rompió y se convirtió en un correcalles que favorecía a los madrileños por su mayor pegada.

La dinámica no cambió en la segunda mitad. El Celta lo intentaba pero el cansancio hizo mella en sus jugadores y las ocasiones se distanciaban en el tiempo. Los locales dejaban cada vez más espacios atrás y el Kun perdonó varias veces, al igual que Siamo y Forlán. A pesar de la incertidumbre en el marcador y la voluntad y arrojo del Celta, De Gea apenas tuvo que intervenir. Los aficionados rojiblancos se frotaban las manos, pero aún tuvieron un susto. Trashorras demostró por enésima vez su inmensa calidad, rompió a Simao por banda izquierda, centró con el exterior y Joselu cabeceó al larguero. Ahí estuvo el empate. Ahí está la diferencia entre los arietes del Celta y los del Atlético. Ahí estuvo la eliminatoria. Ahora, a los 'colchoneros' les espera el Racing.