El Bulli apaga los fogones
Ferrán Adrià se concede un largo respiro y anuncia el cierre del restaurante durante dos años para «crear e investigar»
MADRID. Actualizado: GuardarDurante 2012 y 2013 no será posible cenar en el mejor restaurante del mundo, El Bulli de Cala Motjoi, que levanta los manteles. Ferrán Adrià (1962), el mejor cocinero del planeta y el creador de esta 'catedral' de la alta cocina, se concede un largo respiro. No pondrá mantel y cubierto en su casa en esa temporada, pero seguirá «investigando y creando» sobre y tras los fogones.
Aunque se planteó una retirada en toda regla en 2012, le han hecho ver que aún tiene mucha creatividad que ofrecer a la alta cocina.
Pero sabe que la fórmula de El Bulli, tal como estaba concebido hasta ahora, «está agotada». Así lo anunció ayer el propio Adrià en la jornada inaugural de 'Madrid Fusión', la cumbre internacional de la gastronomía que desde hace ocho años acoge Madrid y de la que fue absoluto protagonista. En ningún momento apeló a la crisis como causante de este parón.
Adrià había anticipado que daría la «hoja de ruta» de El Bulli para el próximo decenio. Su retirada era un runrún. La expectación era altísima en una rueda de prensa multitudinaria y multinacional, con una asistencia que para sí quisieran muchos estadistas en otro tipo de cumbres. Adrià no defraudó. No ocultó que su primera intención fue «tirar la toalla» y retirase en 2012. «Estaba decidido» confesó. Pero alguien de su entorno más próximo, no dijo quién, le convenció de que aún tenía mucho que aportar a la alta cocina «de que estamos en la mitad del camino, no en el final y de que debía reconocer el compromiso que aún tengo con la gente, que no podía decir adiós sin más». Lo explicó Ferrán Adrià junto a su mano derecha y socio, Juli Soler, con quien inició hace más de un cuarto de siglo la aventura culinaria que le ha llevado al cima de la cocina mundial y que le ha convertido en el cocinero más respetado e influyente de su tiempo, constelando desde 1997 con tres estrellas Michelin.
«El Bulli no se cierra. No serán dos años sabáticos. Nada de eso. Seguiremos trabajando y muy duro, pero no daremos de comer, al menos en el formato en el que lo hemos hecho hasta ahora» aclaraba Adrià. El equipo y yo necesitamos reflexionar, pararnos a pensar qué queremos hacer y ver cómo serán las cosas en 2014. A partir de entonces volveremos a dar de comer, pero ya veremos cómo», explicó ante atónitos colegas como Jaun Mari Arzak, Pedro Subijana o José Andrés.
Este año y el próximo se mantendrá la actividad, aunque la temporada - con la reservas al completo- será aún más corta y abrirá en 2010 sólo del 15 de junio al 20 de diciembre. En septiembre comunicará el calendario de apertura de 2011. Tras este tiempo de reflexión «abriremos de nuevo, buscando siempre los límites de lo que es un restaurante como formato». «Es un día para la felicidad. No hay razón para la tristeza. No me retiro ni nada parecido. Vamos a trabajar, y mucho, pero de otra manera» dijo Adrià sin ocultar que ha tenido «problemas familiares» y que las familias de los máximos responsables del restaurante «se merecen que normalicemos nuestras vidas y que no nos pasemos los próximos 25 años pensando en cocina, cocina y más cocina». «Si mantenemos el ritmo estresante de los último diez años, nos volvemos locos», dijo.