Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Editorial

España, a la cola

Urge evaluar si unos compromisos salariales más flexibles podrían ayudar a crear empleo

Actualizado:

Las previsiones del FMI sobre la evolución de la economía española, vaticinando que será el único país relevante que permanecerá en recesión durante 2010, suscitó ayer el consabido cruce de pronósticos entre las instancias internacionales y las nacionales, que llevaron a la vicepresidenta Salgado a insistir en que el Gobierno maneja datos más alentadores. Es cierto que en momentos determinados la economía española ha salido más airosa de lo que indicaban las predicciones de la OCDE. Pero el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero no debería hacer gala de su disposición optimista cuando gran parte del reproche social a su actuación en materia económica se debe precisamente a la obstinada negativa del presidente a pronunciar la palabra crisis. El FMI estima que España continuará decreciendo a un 0,6% a lo largo del presente año. Es de desear que tal previsión acabe siendo desmentida por la reactivación de nuestra economía. Pero hay dos datos poco menos que incontrovertibles en todas las previsiones: que nuestro país está situado en la cola de la recuperación y que la intensidad de la misma va a posponer la creación de empleo, como ayer reconoció el ministro Corbacho. Sería absurdo que el Gobierno se sintiera agraviado por los severos vaticinios de las instancias internacionales, a la búsqueda del mínimo dato que corrija sus predicciones. Como sería estéril que las distintas comunidades autónomas, los diversos sectores de nuestro tejido productivo, e incluso unas y otras empresas, comenzasen a protagonizar una competición más o menos sutil a cuenta de los ineludibles diferenciales que se producirán a la salida de la recesión. La interpretación interesada de los datos de la economía constituye un recurso político demasiado atractivo para la disputa partidaria. Una inclinación que está hurtando a la opinión pública española la posibilidad de aproximarse a la realidad de su economía en condiciones de evaluar si, atendiendo a las recomendaciones del FMI, una bajada de los salarios podría animar la contratación como para que España se incorpore al círculo virtuoso del incremento del consumo interno y de la competitividad ante la demanda exterior.