Álex de la Iglesia mezcla humor, terrorismo y TV
El cineasta Rueda 'Balada triste de trompeta', una «tragicomedia grotesca» en la que saquea sus obsesión por los «payasos asesinos» y el circo
MADRID. «PAYASOS Actualizado: Guardar, terrorismo y tele». Estos son los elementos que se agitan en la coctelera cinematográfica de Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965), metido de pleno y con frenesí en el rodaje de su nueva película. Se titula, como la canción, 'Balada triste de trompeta' y es, en parte, la peculiar visión del cineasta y presidente de la Academia del Cine de los muy celtibéricos años 70 «en los que todo era extremo y exagerado». En esa España convulsa y cambiante en la que Carrero Blanco vuela por los aires, Raphael triunfa en el mundo y los payasos de la tele encandilan a los peques, dos payasos se disputan el amor de una trapecista muy, muy sexy. Es la misma España tardofranquista, inquieta y melosa que retrata la serie 'Cuéntame' a cuyo estereotipo le da la vuelta como a un pulpo Álex de la Iglesia, para ofrecernos su contraimagen en una «tragedia grotesca de terror cómico».
A las ocho de la mañana el hiperactivo Álex, una suerte de Orson Welles barbudo y cañí, sin puro y con gafas, estaba ya rodando en el túnel del terror del parque de atracciones de Madrid el primer encuentro entre Javier (Carlos Areces, 'Muchachada nui') y Natalia (Carolina Bang, 'Plutón B.R.B. Nero'), la «maciza» por cuyos favores suspira también Sergio (Antonio de la Torre, 'Gordos'). «Un secuencia clásica de enamoramiento seventies», resume el 'dire'. Hace unos días rodó el atentado que acabó con vida de Carrero Blanco en diciembre de 1973, con la correspondiente voladura de pega del Dodge Dart negro del almirante en el corazón del barrio de Salamanca.
Le quedan por delante ocho semanas de rodaje en Alicante y Madrid. Cuenta con un presupuesto de siete millones de euros y un elenco muy de su gusto. Se reencuentra con un Santiago Segura, -«nuestro volver tras una separación de diez años»- que «está mejor y más actor que nunca», y rescata a veteranos como Luis Varela, Terele Pávez, Sancho Gracia, Juan Luis Galiardo, Manuel Tejada, Fernando Guillén Cuervo, y el mismísimo Fofito, uno de aquellos payasos de la tele «que marcaron una época y una generación». Si todo va bien, estrenará a finales de año.
«Lo ideal sería no explicar la peli» dice Álex en un descanso entre dos claquetazos, rodeado de figurantes con pantalones acampanados, horteras y chillonas camisas, de cuellos como alas de gaviota, 'patillacas' a lo Elvis y chicas vestidas con estampados de motivos psicodélicos y zapatos de charol rojo y plataforma. «Es una historia de amor con mucho humor y tintes de terror, que arranca en la guerra civil -explica de mala gana el director- en la que dos payasos se disputan el amor de un chica inocente, pero no tanto, con un brutal carga sexual».
Circos y caos
¿Por qué los setenta? «Fueron años intensos y vertiginosos. El atentado de Carrero ejemplifica al caos y la locura de este país, que comienza a definirse entonces. Aquel año España era un circo, como hoy por cierto, aunque hayan cambiado los payasos».
«Todo estaba a flor de piel, se vivía con intensidad, de forma exagerada y extrema. No cabían medias tintas. Pasábamos de ver a los payasos en la tele a un atentado. Nuestra manera de ser y de vivir hoy son el resultado de aquellos años», apunta el orondo y risueño cineasta bilbaíno.