Opinion

Animales y animales

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Soy de las que creen, por propia experiencia en el roce con los perros y gatos que me han acompañado en muchas etapas de mi vida, que los animales tienen sentimientos análogos a los nuestros. Quizás el hecho de no poder verbalizarlos determina que sean sentimientos más difusos o ambiguos. O quizás es sólo que nosotros estamos imposibilitados para entender lo que no se puede contar, y sus penas, alegrías y fastidios, transmitidos por otros signos menos transparentes que la palabra, se nos escapan.

En el zoológico ha muerto de repente una cebra ya vieja. La noticia no sería tal si los técnicos del zoo no nos hubiesen relatado, en su página web, el duelo de la cebra macho que había sido su pareja desde 1992. Los relinchos dolientes del animal, su inquietud, sus movimientos nerviosos, mostraban que estaba sufriendo, como lo haría una persona, la falta de su compañera. Dicen que los animales huelen la muerte. Pero parece que también les angustia la pérdida, que a su manera expresan la aflicción y guardan su luto.

Muchas veces se ha dicho que los humanos tendríamos que aprender en muchos aspectos de los animales. Leo que en Haití, una semana apenas después de la catástrofe, ya había casos de mujeres violadas.

Leo que en España se calcula que 400.000 hombres (no, no han leído mal: cuatrocientos mil) maltratan a sus mujeres o parejas. Leo que una de cada tres mujeres de todo el mundo ha sido "golpeada, coaccionada sexualmente o ha sufrido otro tipo de abuso en su vida". Leo que el maltrato de género es la causa más común de muerte e incapacidad entre las mujeres. Y luego, vuelvo a leer la notita sobre el duelo de la cebra macho, y me entran ganas de llorar.