Por alusiones, de nuevo
Actualizado: GuardarYa he dicho alguna vez que de los escritos de Luis Suárez-Ingenuo hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, pero que respeto su derecho a expresión y nunca he intervenido para expresar mi opinión contraria. Lo seguiré haciendo. Nunca, salvo cuando me aluda de modo personal y directo. Entonces me veo obligado a defenderme. En su último escrito 'Emperador y empresario', publicado el pasado 23 de enero en LA VOZ, dice textualmente: «Parece que los que la provocaron fue un grupúsculo de agitadores, sindicalistas liberados a sueldo, curitas obreritos -ya ni curas ni obreros- y algunos ideólogos trasnochados del dogma de la lucha de clases en el que ya no creen ni los propios sociatas de la famélica legión.»
Me siento directamente aludido por que yo soy uno de esos curas obreros ( no «curitas obreritos»), de los 21 que llegamos a ser en la Diócesis en tiempos de Añoveros y Dorado, que en aquellos años estaba trabajando en las industrias auxiliares de Astilleros. Luego he tenido otros trabajos hasta que me he jubilado con más de 35 años de cotización a la Seguridad Social. Por tanto me considero obrero y también cura, aunque esto algunas mentes demasiado conservadoras no puedan asimilarlo. Ese es su problema. Es una pena la forma que tiene todo el escrito de enfocar las luchas obreras tirándolas por tierra y desprestigiándolas. Me parecería más justo, que si tiene que decirle algo a Francisco José, se lo diga directamente a él sin tener que atacar ni a la lucha obrera ni a los sindicalistas, ni al Movimiento Obrero ni a los curas obreros que algo sí que aportamos al esfuerzo colectivo de emancipación de los trabajadores gaditanos. Por otro lado, recordar a Luis Suárez que de todos mis escritos habrá podido comprobar que no hay una sola línea donde yo le critique ni aluda a él de modo despectivo. Y a lo mejor tendría motivos para hacerlo. Pero no me parece bueno entrar en descalificaciones personales.