Una empleada de hogar mata de un jarronazo a su jefa tras una pelea
Discutieron por una supuesta deuda y tras el golpe letal en la cabeza la joven fue hallada por la Policía escondida dentro del armario
GRANADA.Actualizado:Casi todos los vecinos de la Cuesta Escoriaza número 3 pudieron escuchar los gritos y la fuerte discusión. Alarmados, decidieron llamar al 091. Cuando llegaron los agentes de la Policía Nacional, en escasos minutos, ya se había hecho el silencio en la vivienda. Fue un mal presagio, porque al entrar se encontraron el cadáver de la inquilina, Mª del Mar Jiménez Bernedo, una mujer de 64 años. Los agentes también encontraron a la presunta agresora, una joven de 26 años, escondida dentro de un armario.
Los hechos ocurrieron ayer a las 16.30 horas de la tarde. Los fuertes gritos y el ruido de pelea en la cuarta planta del edificio alertaron a los vecinos. El jaleo provenía de una vivienda en la que vivía una persona sola y eso alarmó a los residentes.
El aviso de los vecinos permitió que un coche patrulla, que se encontraba cerca, llegara en pocos minutos a la vivienda, situada en Cuesta Escoriaza número 3. El silencio que había ya dentro de la casa auguraba un fatal desenlace. Nadie abría la puerta, por lo que se alertó también a los Bomberos. Finalmente, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía lograron acceder al domicilio desde otra casa contigua.
Dentro se encontraron el cuerpo sin vida de la inquilina, Mª del Mar, una profesora de idiomas jubilada. Yacía en el suelo con un evidente golpe en la cabeza que le había causado la muerte.
Escondida
Tras realizar una primera inspección de la vivienda, los agentes encontraron a la presunta agresora escondida en un armario. La mujer, que fue detenida, es una joven de 26 años, de nacionalidad española y que responde a las siglas F. H. M. Según explicó ella misma, trabajaba para la fallecida realizando labores domésticas en su casa desde hacía unos meses, de forma esporádica. Según señalaron fuentes policiales, la detenida habría explicado que ambas habían discutido por un asunto de dinero y la joven cogió un enorme jarrón de la casa con la que golpeó a su empleadora en la cabeza causándole la muerte.
El origen de la acalorada discusión que mantuvieron las dos mujeres pudo ser una deuda que la empleadora mantenía de alguna de las ocasiones en las que había ido a limpiar, o que la joven le reclamaba más dinero por su trabajo a la fallecida y esta no estaba de acuerdo. El matiz concreto tendrá que ser esclarecido aún por la investigación.
La fue trasladada a dependencias policiales mientras el grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hacía cargo de la investigación. Hasta la vivienda se desplazaron agentes de la Policía Científica y las autoridades judiciales, para proceder al levantamiento del cadáver de la mujer, que tuvo lugar pasadas las siete y media de la tarde.
Robó en otra casa
La mujer detenida, vecina de la capital, había sido detenida la mañana del lunes 11 de enero por un presunto delito de hurto, perpetrado en otro domicilio donde la reseñada trabajaba también como empleada de hogar. Los hechos tuvieron lugar el pasado 29 de diciembre, después de que la reseñada sustrajera al descuido 500 euros que los moradores del domicilio; un matrimonio mayor vecino de la calle Salvador Allende de la capital, guardaban en el interior de un armario.
El conserje del edificio explicaba ayer que hace sólo unos días había acudido otra joven al bloque que tenía una entrevista de trabajo con la fallecida. «Veíamos a la chica por aquí de vez en cuando, pero no trabajaba a diario en la casa. Y la mujer, que sepamos, no se había quejado de ella», apuntaba el conserje.
Los vecinos de Mª del Mar, por su parte, no daban crédito a lo que ocurrió ayer por la tarde en el domicilio. La mujer, profesora de idiomas en Motril y ya jubilada, era querida y respetada por el resto de residentes, que llegaron a tenerla como presidenta de la comunidad hace unos años.
«Llevaba unos seis o siete años viviendo aquí y era una mujer encantadora. Parece increíble lo que ha pasado», relataba José María Carvajal, vecino de la mujer fallecida. Catalina Sánchez, que se enteró de la noticia cuando llegaba al edificio, relataba conmocionada que solía hablar con la fallecida y nunca le había contado que tuviera ningún problema con la empleada de hogar.
«Estaba viviendo una jubilación muy activa, se dedicaba a pintar, a viajar...», recordaban los dos vecinos.
La mujer no vivía completamente sola. De su casa se llevaron un perro y un gato los operarios municipales, mientras localizaban a algún familiar de la fallecida.