Se cumplen cincuenta años de la sonorización de 'Un perro andaluz' de BuñuelEn 1960 comienza una nueva época
La obra fue estrenada en versión muda a finales de los años 20 y todavía sigue vigente su modernidad
MADRID. Actualizado: GuardarEl filme de Luis Buñuel, que se estrenó en su versión muda en 1929, logró incorporar las indicaciones musicales de su director hace ahora 50 años. Pero su verdadera sinfonía siguen siendo sus imágenes. La del ojo sajado por una navaja talló algo más que la implantación del surrealismo en todos los ámbitos de la cultura.
Una nueva mirada cinematográfica quedó inaugurada cuando la realidad fue cortada por la cámara de Buñuel y, ese ojo premonitorio, marcó a la par el tránsito de los locos años 20 a la problemática década de los 30, que trajo la crisis económica y social que en Estados Unidos desembocó en el New Deal de Rooselvelt y en Europa en los fascismos.
Más concretamente, en España trazaría la línea divisoria entre el final de la Dictadura de Primo de Rivera y el deslizamiento hacia la Segunda República y la Guerra Civil. Si bien el antecedente fílmico de la escena de Buñuel reside en esa imagen de la luna con un cohete clavado en el ojo de la película 'Viaje a la luna' de Georges Mèliés (1902), la amputación ocular se convertirá en una constante tras 'Un perro andaluz'.
Será Alfred Hitchcock uno de los directores que más usará este recurso. Así en 'Recuerda' (1945) contará con Salvador Dalí para que le diseñe los escenarios de la pesadilla surrealista evocada por Gregory Peck: «Parecía una casa de juegos, pero no tenía paredes, sólo muchas cortinas llenas de ojos pintados. Un hombre se paseaba con unas enormes tijeras y cortaba las cortinas por la mitad».
Más tarde, el director inglés volverá a esta amputación en el acuchillamiento del detective Arbogast en 'Psicosis' (1960) y, de una forma más sutil, en los títulos de crédito de 'Vértigo' (1958), partiendo con su nombre la pupila de Kim Novak, idea que veremos también en los créditos de 'Repulsión' (1965), de Roman Polanski, sobre el ojo de Catherine Deneuve. La escena de Buñuel es de tal fuerza que, como bien señala el catedrático Agustín Sánchez Vidal en el catálogo de la exposición 'Un perro andaluz. 80 años después', se ha convertido ya en un icono extendido hasta a la arquitectura. Así el L'Hemisfèric de Santiago de Calatrava, el cine IMAX de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, es una esfera que evoca un globo ocular cortado a la mitad por una lámina de agua.
En Europa, la versión más difundida de 'Un perro andaluz' es la que realizó entre 1959-1960 la empresa de distribución francesa Les Grands Films Classiques. Desde aquélla, el filme ha sido objeto de varias sonorizaciones más, ya que hay indicaciones claras tanto de Buñuel como de Dalí de que su intención era hacer una película «parlante».
Así 'Tristán e Isolda', la ópera de Richard Wagner, se mezcla con unos tangos argentinos que, como cuenta el restaurador de la última versión en DVD, Ferrán Alberich, fueron elegidos por Buñuel desde México, indicando incluso dónde debían cambiar cada disco. Afortunadamente, y mejorando mucho la versión de 1960, la Filmoteca Española restauró este filme en 2003, bajo la dirección de Alberich, para una edición en la que se puede disfrutar de dos versiones de la música, siendo una de ellas la de la primera proyección en el Studio des Ursulines.