ANDALUCÍA

Una reacción fría y calculada de jóvenes sin valores

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Muchos se preguntan qué es lo que lleva a un muchacho no sólo a golpear a una amiga en un supuesto arrebato de cólera en una discusión (según su versión), sino a no auxiliarla con posterioridad y a buscar la manera de deshacerse del cadáver. A esto se une la supuesta colaboración de sus amigos de pandilla, y también amigos o al menos conocidos de la víctima. Y con posterioridad, la crueldad de mantener la incógnita sobre el paradero del cadáver sin al parecer conmoverse por el dolor de la familia.

Para la profesora de Psicología Social de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla María del Carmen Monreal Gimeno, el caso de Marta del Castillo revela una falta de valores en los jóvenes cada vez más preocupante. Jóvenes que se comportan con frialdad y sin reparos a usar la mentira para lograr sus fines.

Monreal Gimeno advierte de que este suceso tiene clara relación con la violencia de género y habría que preocuparse de que en generaciones tan jóvenes, casi adolescentes, se den estos perfiles: falta de respeto, utilizar la fuerza en lugar del diálogo cuando la otra persona no cede a tus peticiones. «Hay una cierta dejación en las familias y en los centros educativos, es necesaria más formación en unos valores mínimos, hablar más con ellos y también ponerle límites», sostiene Monreal.

Valores como la lealtad, el respeto, la solidaridad, conmoverse por el dolor ajeno se echan en falta aquí. Uno de los imputados incluso participó en las tareas de búsqueda de Marta. Cree que la decisión de esconder el cadáver refleja una racionalidad y sangre fría no propia en jóvenes. El juego de distintas versiones esconde mentiras. «La verdad es un valor, por eso mienten».

Respecto a la otra pandilla, la de Marta, Mari Carmen Monreal opina que lo normal es que los jóvenes amigos de la joven lo superen con el tiempo, aunque ahora vivan conmocionados. «El tiempo va curando». No cree que un suceso como este les deje secuelas o derive en patologías psicológicas. No la olvidarán, pero se les irá pasando la pena.