Sociedad

Unamir, en Ruanda

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Aunque consiguió salvar la vida de miles de ruandeses, la misión de la ONU en Ruanda no pudo evitar el genocidio de 1994, la persecución de tutsis y hutus moderados por las milicias interhamwe. Sus efectivos pasaron de 2.500 a 270 en los albores de la matanza. Pero aunque aumentaron hasta los 5.500, los países africanos encargados de aportar las nuevas tropas tardaron seis meses en enviarlas.