
EL SUEÑO DE TODA SUEGRA
Actualizado: GuardarCon hechuras de modelo, elegancia natural, apariencia nórdica, refinados ademanes y una discreción que llega a aburrir de tan políticamente correcta, Charisse Verhaert es lo que se dice el sueño de toda suegra. A Isabel Preysler la tiene conquistada, entre otras cosas porque Charisse se ha declarado su admiradora y se ha convertido alumna aventajada de sus sabias enseñanzas. La prueba de la sintonía que existe entre ambas es que Preysler incluye siempre que puede a su futura nuera en los rentables publireportajes y refinadísimos posados que tan a menudo protagoniza.
Esta altísima flamenca de Flandes estudió matemáticas antes de convertirse en modelo, oficio en el que ya lleva cerca de diez años, pero donde (como le ocurre a su novio con la música) todavía no ha alcanzado lo que se dice la cumbre. Tal vez por un error de cálculo, hace apenas año y medio, cuando visitó Barcelona y desfiló para una firma de moda nupcial masculina (sí, masculina, han leído bien), Charisse declaró rotunda: «mi boda no me la imagino porque no la veo cerca». También dijo estar de acuerdo con Julio José, su novio, en eso de que los niños «pueden esperar, porque todavía somos muy jóvenes». Con un físico parecido al de Miranda Rijksburger, la mujer de su futuro suegro, y ese mismo aire como de geisha vikinga, es seguro que Charisse se ha metido en el bolsillo a Julio Iglesias. «Es un hombre divertidísimo», ha dicho ella en alguna ocasión. «Somos una gran familia». Familia, sí, pero de momento, sin papeles. Los tendrá pronto, de ser el anuncio de su boda con Julio Jr. un proyecto serio y real y no el montaje oportunista que algunos les atribuyen.