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'Chiquito-Maradona' hace reír a Suráfrica
Actualizado: Guardar«Diego Armando estamos esperando que vuelvas, siempre te vamos a querer, por las alegrías que le das al pueblo y por tu arte también», que canta Andrés Calamaro. Se refiere a Maradona, claro. Y de ambas cosas, de alegrar al pueblo y de su arte (aunque más cercano al de Chiquito de la Calzada que al de su pasado como astro del esférico), hace gala estos días 'el Pelusa' en Sudáfrica. Cual pecador de la pradera se afanó en hacer muecas y humorísticas poses con un balón para deleite de los niños más pobres entre los pobres, los alumnos de una humilde escuela de Garankuwa, a 30 kilómetros de Pretoria. Las payasadas del polémico entrenador argentino están justificadas con sólo ver cómo blanquean las sonrisas de los críos que se agolpan al fondo de la foto y se inundan sus ojos de ilusión, aunque sea sólo por unos instantes.
Visita breve pero intensa con la que 'la mano de Dios' aparcó por unas horas su labor de inspección de la sede de Argentina en el Mundial y lavó su maltrecha imagen pública, que no le viene mal. Escoltado por la Policía, besó a los niños, se abrazó a ellos, regaló gorras y aplaudió a pequeños que pateaban el cuero con pies descalzos. Niños que disfrutaron como niños. Algo difícil en una 'township', uno de tantos poblados para negros surgidos en Sudáfrica durante el 'apartheid', con sus hogares entre hojalatas, calles embarradas y vacíos cuencos de comida. Vamos, que seguro que ustedes también prefieren mil veces a 'Chiquito-Maradona' que a aquel otro que recomienda: «Que la chupen, que la sigan chupando».