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tragedia en el caribe

«Reconocí su anillo, la alianza con el nombre de mi hermano... era Pilar»

Francisco Valverde, cuñado de Pilar Juárez, relata cómo identificó el cadáver de la funcionaria de la UE, fallecida en el terremoto

CÉSAR BLANCO
SEGOVIAActualizado:

A Francisco Valverde aún le quedan fuerzas para agradecer los ánimos que ha recibido la familia de Pilar Juárez, la segoviana fallecida en el terremoto de Haití. Paco, como le conocen los allegados, se multiplica para atender el ingente número de llamadas que recibe el móvil de su hermano, José. Entre comunicación y comunicación, saca tiempo para atender y supervisar los trámites de la repatriación del cadáver y para consolar a su hermano José y a su sobrino Bruno de 19 años, que intentan reponerse del trance.

Han sido casi nueve días de tensión esperando noticias sobre el paradero de la funcionaria granjeña, segunda de abordo en la delegación de la Unión Europea en el país caribeño. Las horas pasaron y la esperanza fue apagándose, aunque el domingo se avivó la llama. Todo fue un grosero y desgraciado error en la identificación del cuerpo que en un principio se atribuyó a Pilar Juárez. El palo para la familia fue tremendo, y aún así se levantaron gracias a las fuerzas que se han transmitido durante todo este tiempo de incertidumbre y tristeza, relata Paco.

El cuñado de la fallecida ha sido una de las personas a las que le ha correspondido la ingrata labor de la identificación del cadáver que llegaba a Santo Domingo a priera hora de esta mañana. Junto a él ha estado su hermano Quique, quien también se trasladó hasta el escenario de la tragedia catroce horas después de que se produjese la catástrofe. La rapidez con la que la Embajada en Santo Domingo tramitó los pasajes es merecedora del agradecimiento de Paco. "En catorce horas nos pusieron un avión para estar con mi hermano, su actuación ha sido providencial", relata Paco.

Apenas ha dormido una hora y media, y esta mañana, hacia las 3.00 de la madrugada hora haitiana, una llamada del cónsul le levantó de la cama. Habían encontrado el cuerpo de su cuñada. "Le tomaron y cotejaron antes las huellas dactilares para que no se produciera un nuevo error", explica Paco a El Norte de Castilla. Una vez rescatado el cadáver desde los escombros del hotel Christopher y comprobadas las huellas, se procedió a su traslado a Santo Domingo, en la República Dominicana, donde aguardaban los hermanos del afligido marido. Un funcionario de la Embajada de Haitó custodió el desplazamiento.

Críticas contra la UE

"No podía haber otro fallo", atestigua Paco. "Habíamos decidido de antemano que mi hermano no reconociera el cadáver", dice Paco, quien acompañado de Quique fueron los que certificaron que el cuerpo que yacía en la morgue era el de Pilar Juárez. "No había duda, llevaba sus efectos personales, reconocía su anillo, alianza con el nombre de mi hermano, su indumentaria indentificativa de la UE, su ropa, su rostro, su pelo, un reloj Swatch que llevaba... era efectivamente Pilar", narra Paco entrecortado aunque con entereza. Mientras tanto, el marido de la fallecida atiende otra comunicación por el Skype.

"La situación es terrible", apostilla a cada respuesta, aunque le llegan noticias del otro lado de la fronteram de la zona devastada por el terremoto, que ya apenas quedan cadáveres en las calles y que "incluso se han montado algunos mercadillos en las calles para el comercio, aunque la normalidad tardará mucho el volver".

La intención es la de acelerar los trámites para la repatriación de las cenizas. "Sí, se la va a incinerar aquí y después llevaremos las cenizas a La Granja", confirma el cuñado de la segoviana desaparecida, quien recuerda que "lo peor de todo, la tragedia es el tiempo de espera, la angustia". "Hemos estado encerrados como si fuera en una cárcel" aguardando noticias. "Y menos mal que hemos venido, porque sino las dificultades lo desguazan", esgrime Paco en referencia a la situación anímica de su hermano José. Y es que la familia ha arremetido con dureza contra la Unión Europea y contra el organismo para el que trabajaba en Haití la segoviana muerta. "Han demostrado una falta de empatía, una falta de insensibilidad tremendas".