A la 'pelu' con auriculares
Centros de estética catalanes piden que los clientes lleven la música de casa para eludir el canon de la SGAE
BARCELONA. Actualizado: GuardarA los peluqueros catalanes los cánones de la SGAE les parecen una tomadura de pelo. Por eso se niegan a pagarles un céntimo. Han lanzado una campaña en la que piden a sus clientes que traigan la música de casa en un MP3 si quieren disfrutar de un corte de pelo amenizado con canciones. Evitarían así pagar el impuesto que exige la Sociedad General de Autores de España por tener conectada la radio en sus establecimientos. «A partir de ahora, cuando vengas a la peluquería no olvides traer la música de casa. Ah, y todo original», reza el divertido cartel que ya han colgado centenares de centros de estética de Barcelona y Lleida.
Seis euros mensuales deben abonar los salones pequeños y hasta doce los que tienen más de 50 metros cuadrados por conectar un hilo musical, algo que José María Figueras, vicepresidente de la Federación Catalana de Peluquerías y Belleza (Fedcat), considera «injusto». «Las peluquerías no viven de la música, simplemente intentan garantizar en sus salones un ambiente hospitalario», asevera Figueras, quien acusa a la SGAE de moverse sólo por intereses recaudatorios. «Es como si los peluqueros, que al fin y al cabo somos creadores de imagen, también cobráramos a nuestros clientes cuando aparecieran en actos públicos y en televisión», subraya con sarcasmo.
Los clientes no tienen tan claro que lo del MP3 sea una buena idea. «Sería un poco engorroso venir con auriculares», reconoce Marcel, de 27 años, usuario de la peluquería de caballeros Catalán, en el barrio barcelonés de Sants. Su estilista, Sonia Martínez, le tranquiliza mientras recorta con estilo el flequillo del cliente. «Lo que queremos es llamar la atención. En un último extremo pagaríamos el canon», dice ella.
«Es que nos hacen pagar por todo, y ya estamos hartos», se queja Sonia. «Además, no vemos claro que ese dinero se lo lleven realmente los músicos que lo necesitan. De esto sólo se benefician los peces gordos». «Ahí está el meollo de la cuestión», añade Enrique, de 57 años, otro usuario habitual del establecimiento que se suma al debate. «Al final, quien se queda con el dinero son los mismos de siempre, Julio Iglesias, Bisbal y cuatro más, pero la mayoría de artistas no ven un duro», prosigue Enrique, que accedería a traer su MP3 «si no quedara otro remedio. Lo que no haría es pagar más por mi corte de pelo por culpa del canon», puntualiza socarrón.
Entre los clientes no faltan soluciones imaginativas. Fernando sugiere que los usuarios se arrancasen con canciones. «Aquí tendríamos que venir con nuestra guitarra y ponernos a cantar». El resto de clientes aplauden la propuesta. La SGAE, por su parte, se ha mostrado dispuesta a dialogar con la federación de peluqueros para llegar a un acuerdo. Su portavoz, Antonio Rojas, explicó ayer que el sistema de tarifas, que afecta tanto a peluquerías como a centros de hostelería, zapaterías y grandes centros comerciales, «sólo pretende buscar una remuneración justa para los creadores».
Aclaró que hasta ahora el canon, que lleva años en vigor, se había aplicado «sin problemas», pues «las tarifas no están concebidas para provocar la inviabilidad de ningún negocio». Con todo, señaló que el organismo está dispuesto a reunirse con los peluqueros «para solucionar el malentendido». Los estilistas podrían eludir el canon si se descargasen canciones de plataformas digitales que hayan pagado las licencias correspondientes.