Sociedad

Felipe Benítez Reyes reedita 'Vidas improbables' con material inédito

MADRID. Actualizado: Guardar
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Hace quince años, Felipe Benítez Reyes atravesó una época en la que no encontraba su propia voz, y sintió «la tentación de inventar poetas imaginarios» y de ensayar nuevos registros. El resultado fue 'Vidas improbables', una obra merecedora de varios premios que ahora se reedita con abundante material inédito.

«El libro es inédito en un cincuenta por ciento. A lo largo de estos años le he ido añadiendo nuevos poetas apócrifos y he escrito otros poemas para los que ya estaban», afirma en una entrevista Benítez Reyes , que ayer presentó esta singular obra en la Residencia de Estudiantes de Madrid, acompañado por los poetas Luis García Montero y Carlos Marzal, y por el editor Chus Visor.

Benítez Reyes (Rota 1960) es uno de los más claros exponentes de la denominada Poesía de la experiencia -«en algún sitio hay que estar; el que piense que es un águila solitaria va listo», asegura-, pero en 'Vidas improbables' abandonó su propia tradición para «indagar en estilos completamente ajenos» a él. «El reto estaba en eso. Y fue una especie de ejercicio similar al de una novela: inventar unos personajes, crearles una biografía escueta, situarlos en una época determinada y escribir según el registro de la misma», explica este poeta, novelista y ensayista que con 'Vidas improbables' (1995) dio en la diana: fue galardonado con los premios Ciudad de Melilla, de la Crítica y Nacional de Narrativa.

En la edición que ahora publica Visor en su cuidada colección 'Palabra de honor', el autor de 'El equipaje abierto' y «'Escaparate de venenos' se 'inventa' poetas apócrifos como Miguel Conde Laffita, «modernista simbiótico» que «nació en Sanlúcar de Barrameda en 1892 y murió 59 años después, entre delirios de esencia complicada».

Tampoco existieron Ignacio Conrado, otro gaditano de finales del XIX que se atrevió a hacer «una versión ultraísta de 'La Eneida' que hoy, por fortuna quizá, anda extraviada»; ni el «surrealista circunstancial» Manuel Ruiz Cotta, que legó a la posteridad un único poema, titulado 'Porque'. Los poetas Lucky Jonson, «príncipe del Delta», y Harry Bandini, «beat tardío», también cobran vida en esta nueva edición y se incorporan a esa curiosa galería en la que ya figuraban otros como Servando Montes, «el rotundo endecasilabista»; Rogelio Vega, «el falsificador», y Pablo Arana, «poeta de la experiencia».

Humor

'Vidas improbables' no es «un libro paródico ni de caricaturas», pero las breves biografías de cada poeta «tienen su pintorequismo» y le dan pie al autor para reírse a veces hasta de su propia sombra. Así, se burla de la «poesía de la experiencia», la corriente en la que se le suele inscribir a él, y la califica de «plaga endecasilábica fomentada por el entramado socialista a través de revistas como 'Fin de siglo' y 'Renacimiento' (fue director de ambas)».