Rodríguez Zapatero sonríe tras el discurso. / Reuters
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Zapatero propone un «gran pacto social en Europa con empresas y trabajadores» para salir de la crisis

El presidente hace hincapié en la apuesta española por una mayor coordinación de las políticas económicas para avanzar hacia un crecimiento sostenible y equilibrado

MADRID Actualizado: Guardar
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El jefe del Ejecutivo español y presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha propuesto "un gran pacto social" en Europa con empresas y trabajadores y una "gobernanza seria y exigente" de las políticas económicas para que la Unión sea "protagonista" de la globalización. Este es uno de los retos que ha planteado en su comparecencia en el Parlamento europeo, donde ha expuesto las prioridades de la Presidencia española aunque sus primeras palabras han sido de recuerdo a los afectados en Haití.

"Si no aprovechamos la sinergia que representan los 500 millones de ciudadanos en lo económico, no seremos los auténticos protagonistas del futuro en este escenario de la globalización en cuanto a la prosperidad económica, en la innovación y en la tecnología. Seremos espectadores, no protagonistas", ha augurado. Ante el pleno, Zapatero ha desplegado un discurso eminentemente económico, se ha comprometido a impulsar un mercado energético común, un mercado digital europeo, una estrategia común en favor del coche eléctrico y una universidad "cada vez más europea". Junto a esas cuatro propuestas para lograr una economía sostenible y competitiva, el presidente ha apostado por "mantener los estímulos fiscales hasta que la recuperación sea una realidad" y garantizar que en 2013 se cumplen los compromisos del Pacto de Estabilidad.

Objetivo "sostenible"

"El camino es la unión, más política económica común, más integración, más diseño compartido, más Europa. No poner nuevas barreras sino quitar barreras, no dividir sino sumar", ha dicho. Este avance en la unión económica deberá concretarse, según Zapatero, en la nueva estrategia económica para los próximos 10 años, en sustitución de la fallida estrategia de Lisboa, que será la "clave" del semestre español. Sin embargo, el presidente del Gobierno ha eludido concretar si propondrá o no sanciones para los países que incumplan los objetivos económicos que se fijen, una posibilidad que ha sido criticada por Alemania y Reino Unido.

El jefe del Ejecutivo también se ha referido a la industria sostenible como una prioridad de la Presidencia, además de los planes para desarrollar de manera conjunta en la UE el coche eléctrico, que contribuirá a la lucha contra el cambio climático y a la reducción de la dependencia energética. Finalmente, Zapatero ha pedido apostar por la educación y sobre todo por la universidad. "En los últimos diez años los europeos no hemos avanzado en cuanto a Universidades de Excelencia en el ranking de las cien primeras universidades. Tenemos que culminar el Proceso de Bolonia, tenemos que fomentar, facilitar y abrir las expectativas para una Universidad cada día más europea y para una investigación cada día más europea, porque ahí, sin duda alguna, está la gran palanca de futuro", apuntaba.

Mandato español

La de hoy ha sido una de las principales comparecencias del presidente de turno de la Unión, que deberá volver a la Eurocámara en junio para hacer balance del semestre y someterse de nuevo a la evaluación de la Cámara, de mayoría conservadora. Antes de intervenir ante el pleno, Zapatero ha desayunado con el presidente del PE, Jerzy Buzek, y una vez concluída la sesión -que se ha prolongado durante cerca de tres horas con las preguntas de los eurodiputados- ambos han comparecido en rueda de prensa.

Durante el semestre español, los Veintisiete deben poner en marcha los nuevos mecanismos de supervisión del sistema financiero y aprobar la Estrategia Europa 2020, que contendrá los próximos objetivos económicos de la UE y sustituirá a la Estrategia de Lisboa, programa con efectos positivos pero "insuficiente", según reconocen desde el Ejecutivo. Éste ha sido precisamente el origen de una de las primeras polémicas de la presidencia de turno: Zapatero se mostró a favor de mecanismos coercitivos que garanticen el cumplimiento de esos compromisos y el ministro alemán de Economía, Rainer Brüderle, no tardó en rechazar públicamente la idea al interpretar que defendía establecer sanciones.