Obama hace balance en las urnas
Celebra su primer año en la Casa Blanca con los apretados comicios de Massachussets para elegir al sucesor de Ted Kennedy en el Senado
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarLa suerte actual de predominio demócrata en la Cámara alta de Estados Unidos y con ello la posibilidad de que la Administración Obama pueda sacar adelante importantes reformas sociales, medioambientales y financieras a lo largo de 2010 estaba anoche en manos de los votantes del pequeño estado de Massachusetts.
Lo que parecía una carrera cómoda para los demócratas por el reemplazo del fallecido icono del partido Edward Kennedy se había transformado en las últimas horas en una competencia estrechísima entre el republicano Scott Brown -un desconocido hasta hace unas semanas- y la a priori favorita, la fiscal general del estado Martha Coakley. Ninguna de las encuestas daba como ganadora a la candidata del presidente, que en el mejor de los casos empataba con su contrincante mientras otros sondeos otorgaban a Brown ventajas de hasta 10 puntos.
La situación mantenía en vilo a la Casa Blanca justo cuando se celebra el primer aniversario de la llegada de Obama al poder y cuando es más imprescindible que nunca la 'supermayoría' de 60 senadores de cara a la aprobación de la reforma sanitaria prevista en los próximos días.
Pocos esperaban este vuelco de última hora en uno de los feudos tradicionales de los demócratas. Quien menos, el propio mandatario y su equipo, que no dedicaron tiempo a trabajar a favor de Coakley hasta la semana pasada. «Muchas iniciativas legales van a depender de un solo voto en el Senado», proclamó en un anuncio televisivo un preocupado Obama, consciente de que muchas de sus promesas electorales podrían descarrilar si su partido no es capaz de renovar este estratégico asiento.
Capacidad de convocatoria
Históricamente, elecciones especiales como la de ayer tienen escasa capacidad de convocatoria entre los votantes, pero dado lo mucho que se juega, las previsiones apuntaban a una alta participación. El número de votantes demócratas registrados para acudir a las urnas era mayor que el de republicanos aunque eso no es siempre una garantía de éxito.
La elección llegó en un momento delicado en el que Obama ha perdido parte de la alta popularidad que le llevó a arrasar en las elecciones de noviembre de 2008. Su índice de aprobación ronda el 50% según una encuesta difundida el lunes por la cadena CBS. Se trata de uno de una nota muy baja considerando que sólo lleva en el cargo 12 meses. De los últimos nueve presidentes, sólo Ronald Reagan presentaba peores datos.
La situación de crisis sigue siendo determinante a la hora de valorar la gestión del inquilino de la Casa Blanca. Por ejemplo, los estadounidenses perciben que Obama ha dedicado demasiados esfuerzos a los bancos -a pesar de sus medidas para recuperar el dinero de los contribuyentes- y no tantos al ciudadano de a pie. En cualquier caso, recibe buenas valoraciones en lo que a su política económica se refiere. El 39% considera que sus iniciativas han repercutido positivamente en la situación general, frente a un 25% que señala que sus medidas han empeorado la economía.