«Me gustaría que el Gobierno nos pagara los billetes de regreso»
Antonio Porta sigue en Honduras a la espera del juicio por sedición y anuncia su boda con María Antolina para el 20 de febrero
Actualizado: Guardar«Mi viaje de luna de miel será mi regreso a España». En su cuarto mes de estancia en Tegucigalpa, Antonio Porta sueña con el día en que, de la mano de María Antolina García, convertida ya en su esposa, tome el avión que le llevará de vuelta a su Chipiona natal. El mismo trayecto que, guiado por el amor de una hondureña a la que conoció por Internet, le llevó a recalar en un país en plena crisis política que le condujo a la cárcel por la participación en una manifestación que él siempre ha negado.
Ahora, en libertad condicional tras pasar un mes en prisión, continúa a merced de que se celebre el juicio por sedición y daños agravados, los cargos que se le imputan. Ya cuenta con dos personas que testificarán a su favor. «Los abogados me dicen que hay que esperar a lo que digan los jueces, que no se puede hacer nada». Él sigue yendo a firmar a los juzgados todos los lunes y su vida ha adquirido cierta rutina por su asistencia diaria al comercio regentado por un familiar de su novia.
«Ando cortito de dinero»
Una cotidianidad rota por los preparativos de su boda. «Estamos muy ilusionados, Antolina ya tiene su traje. Yo tengo que comprar el mío, los anillos, contratar el salón, la comida, pagar la boda civil y la religiosa... Y ando cortito de dinero». Su madre, Josefa Álvarez, consiguió mandarle 1.000 euros el mes pasado, para los gastos, pero no le permiten sacar más dinero de la cuenta de Antonio. No obstante, su principal preocupación es cómo pagará los billetes de avión de regreso a España, porque si algo tiene claro, es que no viajará solo. «Me gustaría que el Gobierno me ayudara porque aquí son muy pobres y Antolina ayuda mucho a su familia con su sueldo. No se cómo lo vamos a hacer. Le pediría al Gobierno de mi país que nos pagara el viaje».
El chipionero, que no puede trabajar debido a una incapacidad psíquica, tampoco puede pedir préstamos y su familia no cuenta con recursos. Mientras tanto, Chipiona se prepara para el Carnaval, del que Antonio se declara seguidor. «Me gustaría estar allí, pero no sólo, sino con ella».