Los datos negativos amargan el aniversario de Fitur

En plena crisis y con unos datos que no invitan al optimismo, Fitur, la Feria Internacional del Turismo, alcanza su trigésima edición. A pesar de que se quiera esconder las nuevas dificultades por las que atraviesa la macroexposición con las grandes cifras de años pasados -más de 12.000 empresas expositoras de 170 países y regiones (vuelven a estar representadas todas las comunidades autónomas), 136.177 profesionales participantes y 8.470 periodistas-, es evidente que la edición 2010 no es precisamente la del esplendor.

Aunque Fitur vende fundamentalmente imagen, los participantes han intentado enseñar sus virtudes y bellezas con escenarios llamativos pero más austeros en gastos, e incluso, con partes recicladas de años anteriores.

Ya en los últimos dos años, se ha ido reduciendo la superficie ocupada de Ifema, la Feria de Madrid. En esta edición, serán unos 75.000 los metros cuadrados ocupados -un 13% menos que en 2009- en los diez pabellones previstos -dos menos- para distribuir a los expositores, que han optado por optimizar sus recursos en menos espacio y, por tanto, con menor coste.

Un año para olvidar y nuevos retos para 2010

Esta trigésima edición viene marcada por un principio de semana en el que se han conocido las negativas cifras turísticas de 2009. A nivel global, el movimiento internacional de turistas bajó el 4,3% con respecto al año anterior y se situó en 880 millones de personas frente a los 920 millones de 2008, según las estimaciones de la Organización Mundial de Turismo (OMT).

En España, el pasado fue un "ejercicio turístico para olvidar", según las palabras de José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), ya que ha cerrado con una caída del 5,6% del PIB turístico, lo que supone el segundo año consecutivo con pérdidas -6.380 millones con respecto a los niveles de 2008-. Inclusos el secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, calificó 2009 como "un año complicado" debido a una crisis "muy rápida, muy profunda y global".

La causa principal de este derrumbe es la contracción de la demanda extranjera, que provocó una feroz guerra de precios. Las empresas turísticas vieron reducidos sus márgenes y sus beneficios con la negativa consecuencia de la pérdida de unos 51.000 empleos en el sector.

Las soluciones ya se están buscando. Las expectativas de cara a 2010 indican que "lo peor ha pasado", según Exceltur, y España deberá asumir su papel protagonista para buscar salida a la crisis. Así se lo ha hecho saber la Organización Mundial del Turismo, que considera que la presidencia de turno de la UE durante este semestre y el liderazgo mundial en el sector le obligan a encabezar un plan europeo del turismo que facilite la recuperación y la reducción de tasas de desempleo, un reto "crucial" de cara a los dos próximos años.