Los talibanes exhiben su fortaleza con un zarpazo en el centro de Kabul

Kabul se recupera de una jornada de pesadilla. Un comando 'yihadista' penetró ayer hasta el corazón de la ciudad mejor guardada de Afganistán y durante más de cinco horas volvió a demostrar a la comunidad internacional que en ese país no hay lugar seguro. Ni las fuerzas de seguridad afganas, ni las unidades de la OTAN pudieron contener a un comando insurgente que atacó diferentes blancos civiles y oficiales. La acción se produjo a muy poca distancia del palacio presidencial, en el que catorce de los nuevos ministros de Hamid Karzai juraban su cargo.

Las cifras oficiales hablan de un comando de al menos siete 'yihadistas', todos ellos con cinturones de explosivos, y elevaron a doce el número de fallecidos -siete terroristas, tres agentes de seguridad y dos civiles-, y 71 el de heridos. Números confusos teniendo en cuenta las cinco horas de combates y explosiones en una de las partes más populares de Kabul y todo un aviso antes de la próxima conferencia sobre Afganistán que se celebrará a finales de mes en Londres.

No es la primera vez que Kabul sufre este tipo de acciones, pero los expertos de seguridad consultados aseguran que se trata del ataque «mejor coordinado y más ambicioso» que la insurgencia lanza contra la capital desde el derrocamiento del régimen talibán.