Otro viejo pistolero que estaba en libertad condicional

Cuando fue apresada en el verano de 2008 la banda de los Flores, la Policía advirtió de que no sería el único caso de antiguos delincuentes que tras años a la sombra saldrían en libertad con muchas probabilidades de volver a delinquir. Una vida al margen de la ley de la que no se desprenden.

Y el patriarca de los Carmona también se ajusta a ese perfil, según confirmaron a este medio fuentes policiales. Aunque ha declarado a los agentes que estuvo 23 años en prisión, a la Policía le constan once. Su última puesta en libertad fue en marzo de 2008 y en estos momentos se encontraba en libertad condicional. Al igual que los hermanos Flores, su forma de actuar pertenece a la vieja escuela: violento, temerario y con grandes dosis de desprecio a la autoridad.

El mayor de los Carmona aspiraba a hacer carrera de uno de sus hijos, «su predilecto». Delante de los agentes se vanaglorió de tener un digno sucesor en su hijo de 17 años, quien ya había realizado sus primeros pinitos en el mundo de la delincuencia.

Pero detrás de esta oleada de robos, que generó una gran alarma social, existe una historia sobre cómo una familia llega a reunirse para formar una banda de atracadores. El patriarca acumula 27 antecedentes, la mayoría por robos violentos, pero no había actuado en compañía de sus hijos hasta ahora. El resto del clan lo componen sus dos hijos de 16 y 20 años, y su única hija de 23. La otra mujer de la banda es la compañera sentimental del patriarca. Esta joven de 26 años, vecina de Puerto Real, fue su hijastra hasta que falleció su primera mujer y madre de su pareja. Una de las hipótesis que barajan los agentes es que optaron por Cádiz debido a la procedencia de ella.