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Tiger se está 'quitando'
Ingresa en una clínica de rehabilitación para curarse de su adicción al sexo, lo que le ha costado su matrimonio, los patrocinios y un escarnio público
Actualizado: GuardarTiger Woods ha cogido el toro por los cuernos -y tiene bien dónde agarrar...- y ha ingresado en una clínica de rehabilitación para curarse de su adicción al sexo. Él que era el rey del mambo y estrenaba amante casi cada semana está ahora más solo que la una. Su mujer, Elin Nordegren, se ha comprado una casa en Suecia y no quiere verle más que con su abogado, cuando suelte la 'billetada' que le exige por el divorcio -le pide más de 200 millones de euros-. Los patrocinadores se fueron esfumando en la misma proporción en que crecía el número de infidelidades descubiertas y la opinión pública pasó de tenerle poco menos que en un pedestal a bajarle a los infiernos.
De poco sirvió la petición pública de perdón por sus «transgresiones», sólo para dar alas a las supuestas amantes, que salieron en tromba a contar detalles de sus encuentros amorosos con el golfista venido a menos. No necesitó a nadie para meterse en tamaño follón, pero sí necesita ayuda para salir. Diversas voces le sitúan en una clínica de rehabilitación. Unos dicen que está en Arizona, otros en Mississippi, otros en Sudáfrica -y hasta dan nombres de los centros en cuestión, como si Tiger pudiera estar en varias clínicas de la misma manera que estaba con diez mujeres a la vez-, así que el destino es un misterio. Esté donde esté parece que ha ido por voluntad propia, para tratarse de una adicción que le ha costado el matrimonio, muchísimo dinero y ha truncado su brillante carrera. Habrá que ver los resultados, aunque al parecer en casos como el suyo con un tratamiento de cuatro o cinco semanas es más que suficiente. «Podría estar fuera para San Valentín o alrededor de esa fecha», dicen -claro que viniendo de él bien puede tomarse como una amenaza-.
Cree Tiger que si puede recomponer su imagen la opinión pública volverá a considerarle como el tipo ejemplar por el que se hacía pasar antes, cuando nos tragábamos su historia de familia feliz y salía sonriente con Elin y los niños.
Quizá entonces se anime a volver a jugar, le llamen de nuevo para hacer anuncios y le dejen pasearse gratis en Cadillac. General Motors ha sido la última empresa en darle la espalda a Woods, a quien prestaba gratuitamente automóviles desde hacía un tiempo. Claro que en este caso no hay que echar la culpa a la adicción al sexo de Tiger. Es que el golfista estrelló el coche contra un árbol en el jardín de su casa...