Otro viejo pistolero de los años 80 que estaba en libertad condicional

Cuando fue apresada en el verano de 2008 la banda de los Flores, supuesta responsable de la muerte de Tamara Leyton, desde la Policía se advirtió que no sería el único caso de antiguos delincuentes que tras años a la sombra, saldrían en libertad ahora con muchas probabilidades de volver a delinquir. Una vida al margen de la ley de la que no quieren desprenderse. Y el patriarca de los Carmona también se ajusta a ese perfil, según confirmaron a este medio fuentes policiales. Aunque ha declarado a los agentes que estuvo 23 años en prisión, a la Policía le constan 11, que los consumió en dos periodos distintos. Su última puesta en libertad fue en marzo de 2008 y en estos momentos se encontraba en libertad condicional. Al igual que los hermanos Flores, que atracaban aprovechando permisos carcelarios, su forma de actuar pertenece a la vieja escuela: violento, siempre armado, temerario y con grandes dosis de desprecio a la autoridad.

El mayor de los Carmona, según las mismas fuentes consultadas, aspiraba a hacer carrera de uno de sus hijos, «su predilecto». Además de comentar a los agentes que no esperaba ser detenido, se vanaglorió de tener un digno sucesor en su hijo de 17 años, quien ya había realizado sus primeros pinitos en el mundo de la delincuencia, como así atestiguan sus antecedentes.

Pero detrás de esta oleada de robos, que generó una gran alarma social, en especial en Puerto Real donde el clan actuó de forma más activa, existe una intrahistoria sobre cómo una familia llega a reunirse para formar una banda de atracadores. El patriarca acumula 27 antecedentes, la mayoría por robos violentos, pero no había actuado en compañía de sus hijos hasta ahora.

El resto del clan lo componen sus dos hijos de 16 y 20 años, y su única hija de 23. La otra mujer de la banda es la actual compañera sentimental del patriarca. Esta joven de 26 años, vecina de Puerto Real, fue en el pasado su hijastra hasta que falleció su primera mujer y madre de su pareja. Una de las hipótesis que barajan los agentes es que optaron por Cádiz debido a la procedencia de esta puertorrealeña.