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DEMASIADO PARA OBAMA
Actualizado: GuardarNi siquiera el rey Mago Baltasar, que creo que también era negro, fue acogido con mayor ilusión. Obama ha sido el mayor depositario de esperanza de los últimos tiempos, incluyendo la que solemos llamar 'la noche de los tiempos', sólo iluminada a ráfagas por los truenos, los rayos y las centellas de la Biblia, que no escatima los partes meteorológicos. Pero al presidente del país más poderoso del mundo le ha caído una tarea que excede su poder: tiene que hacerse cargo de este planeta suburbano. Una de sus minúsculas barriadas ha desaparecido materialmente. La tragedia de Haití, que se considera el mayor desastre de toda la historia de la ONU, no sólo ha borrado del mapa a un país, sino que se ha juntado con la crisis más ecuménica de las recientes épocas. Mal momento para ejercer la caridad, que según la mayoría de las personas caritativas, para entenderla bien debe empezar por ellas mismas.
El caos y el pillaje están de vacaciones en el Caribe. Nadie puede saber con precisión el número de muertos, pero tampoco podrá saberse más adelante, ya que la mitad no estaban empadronados, incluyendo a alguna de las tres Parcas. La Naturaleza, que siempre es neutral y lo mismo nos envía un terremoto que una naranja, es una terrorista intermitente. Ni siquiera el FBI ha podido fotografiarla poniéndole el pelo y los ojos de Gaspar Llamazares, que no tiene la culpa de nada. ¿Por qué no le han atribuido los rasgos del obispo Munilla? ¿Por qué no tiene pelo? Esto de los retratos robot se presta a grandes equívocos, ya que la cara no es siempre el espejo del alma. Todos tenemos cara y algunos no tienen alma. Para acabar de arreglarlo, hay muchos que no se miran al espejo. Cuando lo hace Obama, después de haber tomado el control de Haití, comprueba que se ha vuelto blanco.